Cerca de 2.600 militares actuarán como policías en la capital de México, mientras los titulares reciben capacitación para enfrentar la creciente delincuencia, así como la impunidad y corrupción que reina en los cuerpos de seguridad.
Los soldados, que actuarán durante 32 meses, irán vestidos de policías y usarán patrullas normales, explicó este viernes el general Enrique Salgado, militar que asumió la jefatura de la policía capitalina a mediados de 1996 por orden del presidente Ernesto Zedillo.
En medio de críticas de miembros de la oposición, que advierten que la creciente presencia militar en puestos de la vida civil desvirtúa las tareas de las Fuerzas Armadas, Salgado indicó que la actuación temporal de los soldados forma parte de una depuración a fondo de la policía.
Mientras los soldados trabajan durante dos meses en cada una de las 16 delegaciones de la capital, grupos de entre 1.000 y 1.500 policías irán ingresando periódicamente a un recinto militar para ser reentrenados.
Portavoces de la Comisión de Seguridad Pública del Congreso capitalino informaron que los policías serán sometidos durante 60 días a exámenes médicos y psicológicos y recibirán adiestramiento en uso de armamento y en ténicas de investigación.
Explicaron que algunos deberán iniciar dietas, pues 30 por ciento está obeso, y a otros se les obligará a tomar clases de educación primaria o media, ya que muchos apenas pueden leer y escribir.
Según revelan diversas encuestas realizadas en la capital, donde se registró un promedio de 666 delitos diarios en 1996, 11 por ciento más que en 1995 y 36,1 por ciento más que en 1988, la principal preocupación de la mayoría de los 20 millones de habitantes es la inseguridad.
Salgado señaló "que entre los servidores de la seguridad pública de la capital hay egoísmo, autosufiencia, malos entendidos y equivocadas tendencias al emplear el cargo y la función para intimidar, extorsionar y ofender la dignidad de las personas".
En la policía "hay unidad para molestar, para no escuchar y para no ayudar a la víctima, lo cual hace crecer la desconfianza y la falta de credibilidad en las instituciones", agregó el militar.
David Fernández, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, sostiene que policías y ex policías participan irecta o indirectamente en más de la mitad de los asaltos violentos en la ciudad de México.
"Tenemos cerca de 150 asaltos cometidos por policías cada día, es una cifra terrible", dijo.
Félix Salgado, diputado del opositor Partido de la Revolución Democrática, anunció que su organización vigilará la actuación de los miembros de las Fuerzas Armadas, pues existe el peligro de que a pretexto de la delincuencia se militarice la capital.
Actualmente los principales organismos de seguridad pública están comandados por militares.
Zedillo prometió esta semana, luego de que la Procuraduría anunció un programa para enfrentar la corrupción y la ineficacia en la adminisrtación de justicia, que para abatir los "niveles intolerables" a los que ha llegado la inseguridad gastará "hasta la última gota" de su energía.
El analista y catedrático Eduardo Huchim sostiene que el auge delictivo en la capital "pone en duda una de las principales razones de existencia del gobierno: ofrecer seguridad para una conviviencia pacífica".
"Hemos llegado al absurdo de temer tanto a los delincuentes cuanto a los encargados de combatirlos", añadió.
Pedro Peñaloza, presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Congreso capitalino, instancia que dio luz verde para que los militares trabajen temporalmente en la policía, indicó que si los agentes que acudan a la capacitación no demuestran aptitud ni honestidad serán separados.
El general encargado de la policía capitalina sostiene que está intentando transmitir a sus subalternos principios militares como servicio a la comunidad, honestidad, disciplina, lealtad y respeto a los derechos humanos.
Para el presidente de la Barra Mexicana del Colegio de Abogados, Jesús Zamora, las nuevas estrategias de seguridad pública conducen "a una disyuntiva dramática: el triunfo de la delincuencia organizada o el régimen de excepción". (FIN/IPS/dc/dg/pr-ip/97)