La revelación del gobierno de México sobre las relaciones del máximo jefe antidrogas de México con el narcotráfico marcó el punto máximo en una serie de recientes escándalos que desnudan los vínculos de las mafias con el poder.
La orden de detención contra el general Jesús Gutiérrez, el Comisionado del Instituto Nacional de Combate a las Drogas que hasta hace menos de un mes era señalado en México y Estados Unidos como adalid en la lucha contra el narcotráfico, puso en juego la esperada certificación que entregará Washington a fines de este mes.
"El compromiso con la justicia también es con la verdad. Mucho daño hacen los delitos, pero el daño sería mayor si se tratara de ocultarlos por un supuesto temor al escándalo", dijo el presidente Ernesto Zedillo, tras prometer que perseguirá y castigará la corrupción "con toda firmeza".
El secretario de Defensa, Enrique Cervantes, informó la noche del martes que Gutiérrez y varios de sus colaboradores protegían al mayor narcotraficante de México, Amado Carrillo, conocido como el "Señor de los Cielos" debido a los grandes aviones que utiliza para transportar drogas.
Gutiérrez, que antes de ser nombrado Comisionado en diciembre fue jefe de la quinta región militar, zona donde actúa Carrillo, se enfrenta ahora a un proceso judicial en las Fuerzas Armadas que podría terminar en la pena de muerte si los jueces consideran que "traicionó a la patria".
Zedillo lamentó que en el "ejercicio de una labor tan delicada como el combate a las drogas se haya actuado con simulación, se haya defradudado la confianza social y se haya traicionado al Ejército, una de las instituciones más respetadas por los mexicanos".
En Estados Unidos, las autoridades antidrogas se declararon decepcionadas por la denuncia contra Gutiérrez, uno de los varios militares que Zedillo ubicó en puestos clave de la lucha contra el narcotráfico y la policía, precisamante para enfrentar la corrupción.
Jorge Chabat, director de estudios internacionales del Centro de Investigación y Docencia Económica de México, advirtió que el nuevo escándalo podría alterar el plan del gobierno estadounidense de certificar en forma plena a México en su lucha contra el narcotráfico.
Gutiérrez, quien recibía dinero de Carrillo según indicaron sus acusadores, integraba junto a las máximas autoridades policiales de México y Estados Unidos el Grupo de Contacto de Alto Nivel, que se encarga de coordinar la lucha contra el narcotráfico entre los dos países.
Durante su carrera militar, el ex Comisionado detuvo a varios importantes narcotraficantes de carteles supuestamente enfrentados con el de Carrillo, lo que le valió felicitaciones.
En mayo de 1993, cuando era jefe de la quinta región militar, con sede en Guadalajara, fue asesinado en esa ciudad el cardenal Jesús Posadas, hecho del que se ha culpado al grupo que comanda Carrillo, quien se asegura es responsable del ingreso a Estados Unidos de 200 toneladas de cocaína anuales.
Carrillo dirige la organización delictiva "más eficiente" del país al momento de corromper a funcionarios y ejercer la violencia de manera selectiva, sostuvo el antecesor de Gutiérrez, Francisco Molina.
El nuevo escándalo que sacude a México, uno de los 10 países más corruptos del mundo según la organización Transparencia Internacional, siguió a la publicación de declaraciones de testigos protegidos por la justicia estadounidense en las que se vincula al ex presidente Carlos Salinas con las mafias.
También siguió a declaraciones de autoridades de Estados Unidos en la que se afirmó que en México se lava cada vez más dinero del narcotráfico, pues no existirían suficientes instrumentos legales para frenar ese delito.
Aunque las autoridades son cautas sobre el tema, la sombra de una alianza entre el narcotráfico y el poder político cobra fuerza y parece estar detrás de los asesinatos de Posadas y de dos dirigentes del gobernante Partido Revolucionario Institucional.
Encuestas realizadas hace un año revelaron que más de 70 por ciento de la población considera que sectores oficiales están implicados con el narcotráfico.
Fuentes de la Procuraduría han indicado que Raúl Salinas, hermano del ex presidente Carlos Salinas, actualmente preso bajo la acusación de planear el asesinato de un político, amasó una fortuna superior a 85 millones de dólares, posiblemente por sus relaciones con narcotraficantes.
En la historia reciente de México nunca un militar de alta graduación, como Gutiérrez, había sido acusado directamente por el gobierno y los máximos mandos de las Fuerzas Armadas de tener vínculos con organizaciones delictivas. (FIN/IPS/dc/ag/ip/97