Los instrumentos legales para erradicar el trabajo infantil ya existen, todo depende de que los gobiernos se dispongan a ponerlos en práctica, destacó una conferencia internacional que finaliza hoy en esta capital.
Organizada por el gobierno de Holanda y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la conferencia de dos días se propone redactar el borrador de una convención que comprometa a los firmantes a erradicar "las formas más intolerables del trabajo infantil".
Un informe elaborado para la conferencia las identifica como "esclavitud, o prácticas similares a la esclavitud, la venta y el tráfico de niños, el trabajo forzado, incluido el servilismo por deudas, el uso de niños en la prostitución, la pornografía, la producción y el tráfico de drogas".
Incluye además "la participación de niños en cualquier tipo de trabajo manifiestamente peligroso para su seguridad, salud o moral".
El presidente de la conferencia, el ministro de Asuntos Sociales de Holanda, Ad Melkert, subrayó la necesidad de encontrar alternativas para trabajar con niños, de las cuales la educación es la más importante en la meta de romper el círculo vicioso de la pobreza y el trabajo infantil.
Neil Kearney, secretario general de la Federación Internacional de Trabajadores Textiles, de la Vestimenta y el Cuero, criticó los objetivos de la conferencia por no ser suficientemente ambiciosos, y no exigir la puesta en práctica de los tratados ya existentes.
Un informe de la OIT estima que unos 120 millones de niños del mundo trabajan a tiempo completo, y al menos 33 por ciento de ellos en condiciones peligrosas. Mientras 40 por ciento de los niños trabaja en Africa Subsahariana, Asia contiene 61 por ciento del total mundial.
El trabajo infantil también existe en los países industrializados, dijo el informe, en particular en la fabricación de vestimenta y en el trabajo zafral o migratorio en grandes plantaciones.
Michel Hansene, director general de la OIT, dijo a la conferencia tener la convicción de que es posible lograr un cambio radical en la situación mundial del trabajo infantil.
La mundialización y la liberalización de la economía y los mercados financieros y comerciales tendrán un impacto beneficioso en el crecimiento de la economía y el empleo, lo cual a su vez ayudará a los países en desarrollo a reducir la necesidad económica del trabajo infantil, sostuvo Hansene.
Muchos países de América Latina y Asia registran un crecimiento sin precedentes y un aumento del nivel de vida. Otros podrían aprender de esto, destacó el director de la OIT, lo cual les permitiría poner fin rápidamente al trabajo infantil.
Ministros de Brasil, India, Senegal, Tailandia y muchos otros países en desarrollo señalaron los avances logrados en la lucha hacia la eliminación del trabajo infantil, y destacaron la educación como una de las armas más poderosas. (FIN/IPS/tra-en/rp/rj/lp/pr-lb/97