INFANCIA: La inocencia perdida de los jóvenes guerreros de Asia

No son sólo víctimas de las consecuencias de la guerra, también pelean y mueren en ella. En Birmania, muchos , de la dictadura militar y de la oposición, son niños. Son parte del gran contingente de cientos de miles de menores que crecen en medio del drama de la guerra en Asia.

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño prohíbe el reclutamiento de personas menores de 15 años.

Un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) denuncia sin embargo que hay niños combatiendo junto a fuerzas gubernamentales o rebeldes en por lo menos 25 zonas conflictivas en el mundo.

En Asia, los niños soldados son protagonistas en los conflictos de Afganistán, Camboya y Sri Lanka. El informe de UNICEF sobre el 'Impacto del conflicto armado sobre la infancia', afirma que hasta 20 por ciento de los reclutas del gobierno en Camboya tienen entre 10 y 14 años.

En Sri Lanka, donde los rebeldes Tigres de Tamil luchan por la independencia desde hace más de una década, cerca de 50 por ciento de los guerreros podrían ser niños y niñas.

En la última década, los niños muertos en conflictos armados fueron dos millones, y seis millones sufrieron heridas o mutilaciones según la ONU. Por lo menos 10 millones fueron traumatizados por la violencia, el desarraigo y la pérdida de sus familiares.

Las víctimas civiles de la guerra han aumentado de cinco por ciento a 90 por ciento de las poblaciones afectadas, de las cuales por lo menos la mitad son niños.

En las zonas fronterizas de Birmania, donde se concentra la rebelión armada desde que este país se independizó del poder británico en 1948, los reclutas pre adolescentes son un alto porcentaje de los efectivos.

Se estima que los jóvenes menores de 18 años componen hasta 50 por ciento de los batallones.

Pocos de estos jóvenes tienen una infancia normal, ya que son enviados a puestos de avanzada en la selva junto a las fuerzas armadas para poner minas terrestres, vigilar trabajos forzados y convertirse en espías e informantes.

"En la guerra civil, los niños son las víctimas o los participantes del conflicto", expresa UNICEF en el documento 'Paz integrada e iniciativa para el desarrollo en Myanmar'.

La utilización de niños en la batalla ha impulsado a los grupos activistas y a las organizaciones como UNICEF a promover una campaña mundial para elevar la edad mínima de reclutamiento militar a 18 años.

En Birmania, la junta en el poder gasta la mitad del presupuesto para contener la resistencia de las docenas de grupos étnicos en el país y reprimir a la oposición de la Liga Nacional para la Democracia, dirigida por Aung San Suu Kyi.

En Camboya, tanto el gobierno como las fuerzas del Jmer Rojo que luchan contra el régimen de Phnom Penh por el control sobre los territorios ricos en piedras preciosas y madera en la frontera tailandesa, reclutan a niños.

La mayor sofisticación de las armas ha facilitado en los últimos años el reclutamiento infantil. Más livianas y fáciles de disparar, las armas modernas son actualmente más fáciles de manejar para los niños.

La pobreza y represión, como en Birmania y Camboya, conducen a que los niños sean reclutados por el gobierno y las fuerzas opositoras.

El producto interno bruto (PIB) per cápita en Birmania es de 200 a 300 dólares estadounidenses por año, por lo que es uno de los países más pobres del mundo en desarrollo, donde los niños con pocas posibilidades están más propensos a alistarse.

Muchos de los jóvenes reclutas son obligados mediante las armas o el secuestro, a unirse a las fuerzas del gobierno o la oposición.

"Cada mes nuestro pueblo tiene que enviar 300 reclutas para el ejército. Si no tienen suficientes reclutas, toman a cualquiera", denunció un ex soldado del ejército gubernamental en el pueblo de Waw en Birmania.

El joven, llamado Zaw Myint, escapó del ejército al que fue obligado a ingresar a los 16 años. Recientemente concedió una entrevista al informe de 1996 sobre 'Niños soldados en Birmania' de la organización no gubernamental tailandesa 'Imágenes Asia'.

El informe de la ONU sobre soldados infantiles agrega que éstos son "brutalizados adrede para convertirlos en soldados despiadados" y que se les suministran drogas para "insensibilizarlos al dolor".

Los niños también son reclutados por los ejércitos debido a su 'obediencia' y disponibilidad para llevar a cabo aun las más pesadas de las tareas bajo presión.

'Imágenes Asia' sostiene que la 'obediencia' en el ejército incluye la ejecución de insurgentes, supervisión de trabajos forzados con castigos cuando sean necesarios, colocación de minas terrestres, y tareas como espías e informantes.

Los jóvenes soldados trabajan demasiado, reciben pagas insuficientes, son castigados por sus superiores y se les niega la alimentación y asistencia médica adecuadas. Cientos de ellos escapan hacia la selva.

Pero debido a su juventud y falta de conocimiento de las convenciones internacionales de la guerra, los que se quedan pueden ser más peligrosos que los reclutas más veteranos.

Los expertos afirman que ello se debe a que ya han perdido lo que es su derecho: su humanidad y dignidad, infancia e inocencia. (FIN/IPS/tra-en/tg/jc/aq-jc/ip-hd/97

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