La conferencia sobre trabajo infantil finalizada hoy en Amsterdam dio nuevo ímpetu para resolver el problema, aunque aún es pronto para hablar de un avance decisivo, declaró el ministro holandés de Asuntos Sociales, Ad Melkert.
"Es hora de aprovechar la oportunidad que nos ofrecen los cambios del mundo, en particular las nuevas tensiones entre productores y consumidores", dijo el ministro al final del encuentro de dos días, convocado para discutir formas de erradicar "las formas más intolerables de trabajo infantil".
La conferencia, organizada por el gobierno de Holanda y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tuvo éxito debido al apoyo de gobiernos, organizaciones no gubernamentales, sindicatos y los propios niños explotados, agregó Melkert.
Según la OIT, unos 120 millones de niños de todo el mundo trabajan a tiempo completo, y al menos 33 por ciento de ellos en condiciones peligrosas. Cerca de 61 por ciento de esos menores trabaja en Asia, y 40 por ciento en Africa subsahariana.
Los delegados urgieron a todos los países a lanzar un programa de acción con plazo definido para eliminar la esclavitud infantil o prácticas similares, el trabajo forzado, incluido el servilismo por deudas, la prostitución y los trabajos peligrosos o que interfieran con la educación de los niños.
La conferencia también exhortó a la OIT a ampliar el alcance de su trabajo y elaborar estadísticas e informes sobre tendencias globales, de forma de facilitar el control del progreso hacia la erradicación del trabajo infantil.
Las actividades del encuentro de Amsterdam prepararon el terreno para la conferencia de Oslo, que se celebrará este año, y la Conferencia Internacional de Trabajo, a realizarse en 1998 y 1999, señaló Melkert.
El ministro destacó la importancia de un enfoque "de apoyo y no punitivo" para los países que continúan utilizando mano de obra infantil y observó que la mayoría de los delegados rechazaron el establecimiento de sanciones.
Carol Bellamy, directora ejecutiva de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), presentó seis medidas que su agencia considera esenciales para la erradicación del trabajo de los niños.
Las medidas incluyen una inmediata prohibición del trabajo infantil peligroso o explotador, educación gratuita y obligatoria, una mayor protección jurídica a los menores, el registro de todos los nacimientos, un control adecuado y la elaboración de códigos de conducta.
"Es imposible desvincular la educación primaria universal del fin de la explotación laboral infantil", destacó Bellamy a la conferencia.
"Se estima que el logro de la educación primaria de todos los niños del mundo para el año 2000 costaría unos 6.000 millones de dólares por año. Eso es menos de uno por ciento de lo que el mundo gasta anualmente en armas", destacó la directora de UNICEF.
Unos 200 delegados, incluidos representantes de 30 gobiernos, asistieron a la conferencia, de dos días de duración. El próximo encuentro, en Oslo, elaborará los detalles del sistema de control y fijará objetivos específicos en el combate a las peores formas de abuso infantil. (FIN/IPS/tra-en/rp/rj/ml/pr-lb/97