Una huelga "a la francesa" de los camioneros afecta a la mitad de España, se extiende como una mancha de aceite y empaña las buenas noticias dadas hoy sobre la marcha de la economía.
El inicio del movimiento fue similar al registrado en Francia a fines de 1996, aunque aún no colapsó todas las carreteras como ocurrió en el país vecino.
No obstante, en el mercado central de Madrid la huelga ya se hizo sentir este jueves, pues se redujo en 34 por ciento la entrada de camiones y en 50 por ciento la de mercancías, siendo el de frutas y verduras el sector más afectado.
Los huelguistas reclaman bajar a 60 años la edad de jubilación, establecer nuevas normas para el acceso a la profesión, reconocimiento de las enfermedades profesionales y la rebaja del precio del combustible diesel.
Aunque la huelga fue convocada por la minoritaria Federación Estatal de Asociaciones de Transportistas (Fedatrans), su acatamiento por los afiliados de otras organizaciones más importantes obligó a éstas a sumarse.
La mayoría de las fábricas españolas, en especial las de la mitad norte del país, cerraron o están a punto de hacerlo por la falta de componentes para producir. Mientras, los pocos camiones que circulan por las carreteras lo hacen escoltados por efectivos policiales.
Asimismo, en algunas comunidades norteñas comienza a notarse el desabastecimiento de alimentos. A las dificultades derivadas del paro del transporte, se han sumado las compras excesivas de parte de la población que teme un desabastecimiento prolongado.
Si no se lograse un pronto acuerdo con la administración, el próximo paso será la suspensión de reposición de carburantes a las gasolineras, muchas de las cuáles ya han colgado el cartel de "no hay combustible", advirtió Ion Mikel Abellanal, secretario técnico de Fedatrans.
Otro dirigente huelguista, José Díaz, quien encabeza el movimiento en Andalucía, dijo que 20.000 camioneros ocuparán este viernes los puntos estratégicos de las carreteras de esa comunidad autónoma.
Esta situación se produce al mismo tiempo que en el parlamento el ministro de Economía, Rodrigo Rato, manifestaba este jueves satisfacción por el anuncio de que en enero, España registró la menor inflación para ese mes desde 1972.
Con una inflación de 0,3 por ciento en enero, la tasa interanual se sitúa en 2,9 por ciento, la más baja desde noviembre de 1969.
"No hay mejor mantenimiento del poder adquisitivo que la reducción de la inflación, dado que no hay impuesto más injusto que la inflación", subrayó Rato, quien añadió que la cifra anunciada permite una estabilidad importante para cumplir los acuerdos de Maastricht de la Unión Europea.
Mientras tanto, aumentan los incidentes entre los camioneros que acatan el paro y los continúan trabajando, así como con las fuerzas de seguridad.
Un joven transportista fue arrollado por un camión con matrícula francesa que se negó a detenerse ante un piquete de huelga en la carretera, en un punto próximo a la ciudad de Burgos. El conductor fue detenido.
El gobierno reclamó que se cumpla el diálogo acordado hace 20 días con Fedetrans y se sentó a la mesa con quienes este jueves respondieron a su llamada. Pero a la vez amenazó con medidas policiales si los camioneros llevan a la práctica su plan para cortar las carreteras y el suministro de combustible.
Ricardo Martí Fluxá, secretario de Estado de Seguridad, dio instrucciones a las fuerzas de seguridad de que garanticen el abastecimiento de productos esenciales en las ciudades.
Asimismo, les indicó que en caso de incidentes respondan con "contundencia proporcional" a su naturaleza, incluyendo la detención de los piquetes informativos "con actitudes coactivas o que traten de obstaculizar la normal circulación".
El gobierno dispuso que se habiliten medios de transporte protegidos por la policía, lo que ya ocurrió este miécoles. En las fronteras con Portugal y Francia se contaron medio millar de camiones bloqueados en cada una, a los que se impide la entrada a España.
Además, anunció que dispondrá medidas que incentiven la organización de los transportistas en cooperativas y reconocerá a éstas el carácter de consumidores finales. De esa manera obtendrían una reducción de los precios del combustible, lo que atendería en buena parte sus demandas.
El sector de los transportistas produce el 5,2 por ciento del producto interno bruto (PIB) de España y moviliza a 240.000 vehículos pertenecientes a 158.000 empresas. De éstas, 122.000 poseen un sólo camión y sólo 525 tienen más de 20.
Alfredo Irisarri, presidente de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), la organización mayoritaria, también reclama las mejoras pero desaprueba la huelga y sostiene que el camino correcto es el de la negociación.
Lo mismo sostiene Juan Antonio Millans, secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Transportes de España (Fedarismer), que tampoco suscribió la convocatoria de huelga.
Pero ninguna de esas dos organizaciones llama a suspender el movimiento. Millans alerta contra los daños que la huelga ocasiona a la economía española, pero añade que no concretarán ni firmarán nada sin que estén presentes y firmen también los convocantes de la huelga.
La respuesta de los huelguistas es clara: que se anuncien las concesiones que reclaman y entonces darán por terminada la medida de fuerza. (FIN/IPS/af/ag/ip/97