EEUU: Pantera Negra probaría su inocencia tras 25 años de prisión

Un ex dirigente del radical Partido Panteras Negras de Estados Unidos, encarcelado por asesinato, tiene la oportunidad de probar ante la justicia su alegada inocencia, 25 años después de ser declarado culpable.

Los defensores de Elmer Pratt, preso en California desde 1972 por el asesinato en Los Angeles de Carolyn Olsen y por herir de bala al marido de la víctima, siempre han asegurado que el ex activista fue incriminado a causa de su posición política izquierdista y nacionalista negra.

Ahora, el magistrado Everett Dickey, miembro de la Corte Suprema de Justicia del estado de California, considera la anulación del juicio en que fue sentenciado Pratt, quien tomó el nombre de Geronimo Ji Jaga.

La instancia se resolverá el 27 de este mes, fecha en que los abogados del condenado, Stuart Hanlon y Johnnie Cochran, presentarán a Dickey argumentaciones y pruebas para demostrar su afirmación de que que Pratt fue injustamente condenado.

Hanlon informó a IPS que ya ha presentado a la justicia evidencias que debilitan de modo decisivo las bases en que se apoyó el dictamen de culpabilidad de 1972.

"Abrigamos más esperanzas que nunca. El caso es difícil, pero tenemos confianza", dijo Hanlon.

Los abogados afirman que Pratt, a quien Cochran considera "uno de los prisioneros políticos más antiguos de Estados Unidos", se hallaba a 400 millas de distancia de Los Angeles cuando los Olsen fueron baleados.

Según creen, el caso fue amañado por el FBI (Oficina Federal de Investigaciones), que a principios de los años 70 lanzó un plan de inteligencia para acabar con los Panteras Negras y otros grupos radicales.

El jurado basó su veredicto en las declaraciones de Julius Butler, testigo clave del juicio de 1972. Pero los abogados presentaron en diciembre y enero ante la justicia elementos para probar que Butler era un informante a sueldo de la policía de Los Angeles e incluso del FBI al mismo tiempo que acusaba a Pratt.

"Hemos probado que el principal testigo de la fiscalía era en realidad un informante de la policía local", manifestó Hanlon.

Jeanne Hamilton, integrante del jurado del proceso inicial, declaró que habría cambiado su veredicto, si hubiera conocido información que no fue revelada en el juicio.

"No tuvimos conocimiento de la participación del FBI en los hechos. El jurado no fue informado de que el FBI había intervenido los teléfonos de los locales de los Panteras Negras en Oakland y Los Angeles ni de que (esa agencia federal) tenía pruebas documentales de que Pratt se hallaba en Oakland en el momento" del asesinato, dijo Hamilton.

El jurado tampoco sabía que Butler era informante del FBI ni estaba al tanto del plan de espionaje organizado por esa agencia contra los Panteras Negras.

"Yo habría rechazado sin vacilar el veredicto de culpabilidad, si hubiéramos conocido esos hechos", aseguró Hamilton.

También un ex agente del FBI, Wesley Swearingen, intervino en respaldo de la presunción de inocencia de Pratt. Swearingen, asignado en 1972 a Los Angeles, señaló en un libro publicado hace dos años la desaparición de las grabaciones telefónicas que probaban la presencia de Pratt en Oakland cuando Olsen fue asesinada.

Fuentes de los Panteras Negras mencionaron a dos simpatizantes externos del partido, Larry Hatter y Herbert Swilly, ambos ya muertos, como los verdaderos asesinos de Olsen.

Leo Branton, un abogado retirado que representó a los Panteras Negras, indicó que el caso de Pratt debe analizarse en el contexto de los primeros años 70, cuando otros dirigentes Panteras Negras murieron en tiroteos con la policía o fueron encarcelados por largo periodo.

"El FBI realizó en los años 70, en colaboración con funcionarios locales de justicia, su primera tentativa por 'neutralizar' no sólo a Gerónimo (Pratt), sino a todos los Panteras Negras", manifestó Branton.

Al respecto, destacó el asesinato de Mark Clark y Fred Hampton, dos líderes del partido, que había sido creado hacia 1966 en Oakland para luchar por la igualdad racial y ganó fama por promover la autodefensa de la población negra y la resistencia armada.

Diez años después del lanzamiento del plan de inteligencia del FBI, el Partido Panteras Negras fue prácticamente eliminado. Pocos dirigentes siguen en actividad, aunque un ex Pantera Negra, Bobby Rush, ocupa un escaño en la Cámara de Representantes.

Pese al virtual desmantelamiento de su grupo, Pratt mantiene desde la prisión su prédica por el socialismo y la liberación del pueblo negro, y muchos lo consideran un prisionero político.

Varias organizaciones laborales, como el Sindicato Internacional de Estibadores, la Asociación de Maestros de California y la Unión Internacional de Empleados de Servicio, han reclamado en los últimos años el derecho de Pratt a un nuevo juicio.

"El caso no terminará con la inevitable libertad" de Pratt, sino que sólo cuando los responsables de su encarcelamiento sean llevados ante la justicia", advirtió el alcalde de la ciudad californiana de Pasadena, William Paparian, en un acto público.

Pero los abogados defensores guardan cautela a la hora de formular pronósticos. "La cuestión central es siempre la misma: ¿Puede Gerónimo Pratt esperar justicia en Estados Unidos?". (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ff/hd/97

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