La probable visita a Perú del derrocado mandatario ecuatoriano Abdalá Bucaram colocará en dificil situación diplomática al presidente Alberto Fujimori, pues podría comprometer su discreta reserva ante el nuevo gobierno de Ecuador.
Las relaciones entre Perú y Ecuador son delicadas y la destitución de Bucaram frustró las negociaciones previstas para el pasado lunes por los cancilleres de ambos países para resolver antiguas disputas territoriales que han provocado varias guerras.
La reunion de cancilleres debía realizarse en Brasilia, y fue promovida por Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos, cuya activa participación diplomática logró detener la guerra que Ecuador y Perú libraron en 1995 por la posesión de un pantanoso valle tropical.
Fujimori inició esta semana una serie de consultas con su gabinete ministerial y analistas de confianza para estudiar la conducta a adoptar si recibe la visita de Bucaram.
"Es una decisión dificil, porque Bucaran representa en la política ecuatoriana a un sector interesado en una solución pacífica de los diferendos que provocaron la guerra con Perú en 1995", comentó el sociólogo peruano Francisco Loayza.
Mientras, Fabián Alarcón, el presidente interino designado por el parlamento ecuatoriano para reemplazar a Bucaram, parece estar bajo la influencia de los halcones del ejército", señaló Loayza, que perteneció hasta hace poco tiempo al Servicio de Inteligencia Nacional.
"Fiel a su costumbre, Fujimori no ha adelantado opinión, y por ahora se limita a escuchar", agregó.
Bucaram viaja por América Latina en busca de respaldo a su denuncia de inconstitucionalidad de su destitución. El ex presdiente cree que su reemplazo fue inspirado por el sector militar opuesto a la solución pacífica de las disputas limítrofes de su país con Perú.
Concretamente, Bucaram responsabiliza al jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, general Paco Moncayo, de instigar a Alarcón, entonces presidente del Congreso, a ponerse al frente de un golpe de Estado parlamentario.
Bucaram fue el primer presidente ecuatoriano que visitó Perú, y su destitución se decidió poco después de su regreso. En Lima se había comprometido a resolver pacificamente el diferendo fronterizo.
Alarcón declaró que su gobierno proseguirá las conversaciones de paz con Perú y que en los proximos días se comunicará telefónicamente con Fujimori.
Las palabras de Alarcón fueron recibidas con cierta expectativa y reserva en Lima. Los analistas peruanos consideran "excesiva" la influencia del "halcón" Moncayo sobre la administración interina.
En cambio, la designación de José Ayala Lasso como nuevo ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador fue considerada en la cancillería peruana "una buena noticia".
Ayala Lasso fue embajador de Ecuador en Perú entre septiembre de 1983 y marzo de 1989, y desde 1994 encabeza el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con sede en Ginebra. (FIN/IPS/al/ff/ip/97