La decisión del gobierno provisional de Ecuador de archivar el proyecto de la convertibilidad de la moneda, fue bien recibida hoy por los sectores productivos de este país andino.
"No trataremos más ese tema", dijo este miércoles Danilo Carrera, nuevo presidente de la Junta Monetaria (organismo rector de la economía ecuatoriana) al referirse al plan macoreconómico propuesto por el gobierno de Abdalá Bucaram, destituido el día 6.
Carrera anunció que en el país seguirá vigente el sistema de bandas cambiarias y la libre fijación de tasas de interés que entró en vigencia durante el gobierno conservador de Sixto Durán Ballén (1992-96), en tanto el Banco Central seguirá controlando la liquidez del mercado y operando la mesa de dinero.
"Sería una locura aplicar la convertibilidad en un país que no tiene hiperinflación y que no ha tocado fondo", dijo Pablo Grijalva, gerente de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y el Oriente.
El plan de libre convertibilidad propuesto en Ecuador es similar al aplicado en Argentina en 1991 para combatir la inflación de cuatro dígitos, por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, quien fue asesor personal de Bucaram durante su mandato.
Para preparar el escenario para la entrada en vigor del plan de libre convertibilidad, prevista para el 1 de julio, Bucaram implementó una serie de medidas de ajuste que subsanarían un déficit fiscal superior a dos por ciento del producto interno bruto (PIB).
Estas medidas que contemplaban el aumento del impuesto al valor agregado y las tarifas de energía eléctrica, transporte, combustibles y teléfonos, fueron el detonante de la crisis política que derivó en la destitución de Bucaram.
La decisión del nuevo gobierno del presidente Fabián Alarcón de derogar las medidas económicas adoptadas por Bucaram "devolvió la tranquilidad a los sectores productivos del país", dijo a IPS Gustavo Pinto, presidente de la cámara de Industriales de Pichincha, provincia que aloja a la capital.
Sin embargo, algunos analistas señalaron que esta decisión dejaría un déficit fiscal superior al cinco por ciento del PIB, por lo que el nuevo gobierno tarde o temprano tendrá que adoptar nuevos ajustes.
"El nuevo régimen deberá anunciar una racionalización del gasto presupuestal y adoptar medidas para subsanar el déficit», dijo Ana Lucía Armijos, ex presidenta de la Junta Monetaria en el gobierno de Durán Ballén y presidenta de la Asociación de Bancos Privados de Ecuador.
"Sin disciplina fiscal no habrá éxito bajo ninguna política cambiaria y monetaria", advirtió. (FIN/IPS/mg/ag/if/97