DESARROLLO: OCDE renueva enfoque de cooperación para el siglo XXI

La ayuda oficial al desarrollo (ODA) ha caído, en relación al producto nacional bruto (PNB) de los países donantes, a su nivel histórico más bajo -0,27 por ciento-, reveló hoy la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), organismo técnico intergubernamental sito en París.

La OCDE -que está integrada por los 29 países de mayor desarrollo industrial en el mundo, los que a su vez representan 90 por ciento de la ayuda mundial al desarrollo- estrenó este miércoles el diseño de una nueva política de cooperación.

El informe anual del Comité de Ayuda al Desarrollo (DAC) de la OCDE precisa que, en valores actuales, la ODA de 1995 fue de 59.000 millones de dólares, prácticamente lo mismo que en 1994.

El DAC inaugura en su informe una nueva política, a la que llama visión de una cooperación al desarrollo en el siglo XXI, centrada en el hombre y basada en la participación.

La cifra total arriba citada resulta "engañosa" -según dijo James Michel, presidente del DAC- "porque se trataba de un dólar débil". Cuando la cantidad fue ajustada siguiendo las fluctuaciones de la tasa de cambio y la inflación, se constató una caída de nueve por ciento en términos reales.

La declinación fue generalizada, disminuyendo la ODA que prestan 14 de los 21 miembros del DAC, en términos reales.

Japón fue el primer país en la lista, con 14.490 millones de dólares. El segundo lugar fue abandonado por Estados Unidos, que cayó al cuarto con 7.370 millones. Tercero quedó Francia, con 8.440 millones, y cuarto Alemania con 7.520 millones.

En relación a su PNB se mantuvieron al tope Dinamarca, Noruega, Holanda y Suecia, los líderes tradicionales. Fueron los únicos en alcanzar el mínimo recomendado por la comunidad internacional, de 0,7 por ciento.

Tanto Italia como Estados Unidos cayeron por debajo de 0,2 por ciento, y la tasa general de todos los países del DAC -0,27 por ciento- fue "la más baja en la historia de la ODA desde que las estadísticas la registraron por primera vez", informó Michel.

Desde el punto de vista de su distribución geográfica, 40 por ciento de la ODA se dirigió a Africa, 30 por ciento a Asia, 10 por ciento a América Latina y 20 por ciento a otros receptores de diversas partes del mundo.

"Preocupa comprobar que los niveles de la ODA se han estancado e incluso descendido", comentó Michel.

"He hecho referencia (en el informe anual) a lo que esto significa para la credibilidad de la estrategia de la OCDE cuando ésta abre un diálogo con los países en desarrollo y dice: 'Bien, nosotros contamos con la existencia de mayor autoayuda".

"Lo que eso significa es que estamos cortando nuestra ayuda. Y ése no es un buen principio. Espero que se eleven los niveles de la ODA y también espero que crezca la conciencia de que esto es importante".

Los comentarios de Michel cobraron mayor importancia porque el propio informe señala que la deuda externa de los países en desarrollo se había incrementado en ocho por ciento a finales de 1995, llegando a 1,1 billones de dólares.

Michel hizo notar que existió un "crecimiento fenomenal" de los flujos de capital privado a los países en desarrollo, por un valor total de 160.000 millones de dólares, lo que equivale a dos tercios de todos los movimientos de recursos del año hacia esas economías.

El informe destaca, no obstante, que casi ninguno de los movimientos de capital privado se dirigió a los países de menor desarrollo o de bajos ingresos.

Cuando se observa, en cambio, la inversión en los países de ingresos medio-altos, como Botswana, Brasil, Malasia o México, los capitales privados están a la cabeza.

El informe se basa ampliamente en la estrategia de desarrollo acordada por OCDE en mayo de 1995 -en reunión de los ministros de cooperación al desarrollo y directores de organismos nacionales de asistencia-, la cual diseña una "visión enfocada en la gente" que consta de siete elementos.

Aquel documento de 1995 estableció los siguientes puntos:

– La cooperación al desarrollo es una "inversión" para los países industrializados.

– El combate a la pobreza en sus raíces es un desafío mayor, por existir 1.300 millones de personas que viven en condiciones de extrema pobreza.

– Es posible aplicar estrategias que aseguren el éxito de ese combate, mediante la integración de elementos tales como la salud, la educación, los derechos humanos, el buen gobierno y las prácticas de preservación ambiental.

– Los países en desarrollo son en sí mismos los verdaderos responsables de su propio desarrollo y por lo tanto deben ser los "dueños" de sus propias políticas y sus programas.

– Resulta esencial que, ni la aplicación de otras políticas tales como las políticas comerciales y de inversión, ni el creciente papel de la Organización Mundial del Comercio, puedan entorpecer los objetivos de desarrollo.

– La asistencia al desarrollo en sus dos modalidades -bilateral y multilateral- debe ser administrada de forma que se obtenga de ella la máxima eficiencia y eficacia.

– El DAC hará efectivas estas prioridades.

El informe declara que ha llegado la hora de trasladar esta visión a la realidad. Para ello, la OCDE se ha impuesto algunas metas concretas, extraídas de diferentes conferencias mundiales de Naciones Unidas.

Entre esas metas se cuenta la reducción a la mitad, hacia el 2015, de la gente que vive en extrema pobreza. La cifra actual indica que 30 por ciento de la población de los países en desarrollo está en esa condición.

También se deberá lograr determinados niveles de corrección de otras desigualdades en el terreno de la salud, la educación, la mortalidad infantil y materna y la protección ambiental, con compromisos ajustados a los respectivos calendarios. (FIN/IPS/tra-en/dds/mk/arl/dv/97

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