El informe del Departamento de Estado de Estados Unidos, el cual subrayó el monopolio de los medios de comunicación de varios gobiernos del este del Caribe, alimentó el debate sobre las libertades de expresión y de prensa.
El Departamento de Estado destacó que en Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nevis los partidos gobernantes hegemonizan los medios de comunicación, financiados con ingresos de los impuestos de los ciudadanos, y excluyen a voces de la oposición.
"El gobierno domina los medios electrónicos, la única fuente diaria de noticias, y niega una cobertura equilibrada a partidos de oposición, dijo el informe sobre Antigua y Barbuda.
Sobre ZIZ, la estación de radio y televisión estatal en San Cristóbal y Nevis, el informe señala que "no publicita actos y convenciones del partido de oposición".
El Informe de Derechos Humanos de 1996 del Departamento de Estado, divulgado en Washington a fines de la semana pasada, señala que las constituciones de Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y Granadinas garantizan la libertad de expresión y de prensa.
En esos países, en general los gobiernos respetan estas disposiciones, destaca el informe.
Las críticas más duras fueron dirigidas contra el Partido Unido de los Trabajadores, de Santa Lucía, el cual, según el informe, "ha demostrado en ocasiones una abierta hostilidad hacia la prensa y la radio".
No obstante, agregó, esa hostilidad "no parece afectar la libertad de prensa en Santa Lucía".
El informe también destacó la variada propiedad de medios impresos, con una plétora de diarios y otras publicaciones periódicas.
Al menos hay un diario independiente en cada una de las seis islas, y una gama de publicaciones alineadas con los distintos partidos políticos, o publicada por varios grupos de interés. Aunque los gobiernos son "regular y duramente" criticados por publicaciones independientes, no hubo un intento de acallarlos.
La publicación del informe pasó relativamente desapercibida hasta ahora, pero, según analistas, los gobiernos de la región tienen posibilidades de dar la bienvenida o ignorar sus críticas relativamente suaves.
Por ejemplo, una autoridad de gobierno en San Cristóbal y Nevis afirma que las críticas de la política editorial de ZIZ no son nuevas, y es poco posible que el gobierno del Partido Laborista haga declaraciones públicas.
Por otro lado, asociaciones de trabajadores de los medios no están satisfechas, ya que, afirman, muchos de los temas que condujeron a ásperos debates no fueron mencionados.
No se menciona a las protestas contra la designación de activistas del partido en el gobierno para dirigir informativos estatales y oficinas de edición de noticias tras cambios gubernamentales en Dominica, Granada y San Cristóbal y Nevis.
Los grupos alegan que intentos en la Grenada Broadcasting Corporation, mediante designaciones y transferencias, para restringir las voces de la oposición no están documentados en el informe.
Tampoco se mencionan acusaciones de que sucesivos Ministros de Información intentaron censurar nuevos programas informativos en NBS Radio 705 en San Vicente y Granadinas.
Tampoco se menciona la actual disputa entre el director y gerente de Radio 705 sobre la acusación de maniobras para silenciar al popular periodista y "disc jockey" Glen Jackson, uno de los más elocuentes en el este del Caribe.
Otros temas de libertad de prensa que no encuentran lugar en el informe son el cierre el año pasado de "Radyo Koolibwi" por el gobierno de John Compton, y el cierre de Radio Santa Lucía.
Radyo Koolibwi facilitó sentimientos contra el gobierno de la mayoría de la población a través de su formato de programa abierto a la participación de la audiencia.
Se espera que la Asociación de Trabajadores de Medios de Santa Lucía (SLMWA), en medio de una dura disputa con el gobierno, y organizaciones similares en Granada y San Vicente y Granadinas, harán declaraciones después de estudiar el informe.
La disputa entre el gobierno y la SLMWA comenzó en diciembre, con un discurso del primer ministro, Vaughn Lewis, durante la convención anual de su partido, en el que acusó a los medios, refiriéndose a la prensa como editores de basura y vulgaridad y enemigos de Santa Lucía.
El discurso indignó a la dirigencia de SLMWA, que escribió a Lewis exigiendo una aclaración de sus declaraciones. Pero la carta por fax al primer ministro fue devuelta sin comentarios, y otra enviada por correo fue regresada sin abrir. SLMWA amenazó entonces con una huelga. (FIN/IPS/tra-en/ps/cb/lp/cr-hd-ip/97