La organización de derechos humanos Amnistía Internacional sugirió a la ONU que su nuevo Alto Comisionado para los Derechos Humanos debe ser independiente, audaz y dispuesto a pronunciarse abiertamente contra regímenes políticos opresivos.
"La Organización de las Naciones Unidas (ONU) debería designar a alguien con experiencia práctica en derechos humanos, y no simplemente a un diplomático familiarizado con tratados internacionales", dijo a IPS Andrew Clapham, de Amnistía.
Se prevé que el puesto de Alto Comisionado quedará vacante a corto plazo con la renuncia de su primer titular, José Ayala- Lasso, quien pasaría a hacerse cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador.
Ayala-Lasso viajará "pronto" a Quito para discutir la propuesta con el gobierno y posteriormente comunicará su decisión, anunció Fred Eckhard, portavoz de la ONU.
Según Clapham, aunque el actual Alto Comisionado "presidió una expansión potencialmente dinámica de las actividades de derechos humanos, nunca hizo frente a gobiernos responsables de graves violaciones".
Amnistía sostiene que la próxima persona que ocupe el cargo debe ser un líder, un paladín de los derechos humanos, alguien mundialmente reconocido por su experiencia en el área.
"El sucesor deberá ser claramente independiente de cualquier interés político", destacó la organización en una declaración publicada el viernes.
Entre los probables candidatos se encuentran Mary Robinson, presidenta de Irlanda, quien también fue considerada el año pasado para ocupar la secretaría general de la ONU, aunque el cargo finalmente quedó en manos del ghanés Kofi Annan.
El Alto Comisionado de los Derechos Humanos es designado por la Secretaría General, pero debe ser aprobado por la Asamblea General, de 185 miembros.
Amnistía Internacional fue el grupo que realizó una campaña mundial para la creación del cargo, finalmente anunciada en la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993.
Inicialmente la mayoría de los países en desarrollo se opusieron a la propuesta, argumentando que sólo gobiernos del Tercer Mundo eran acusados por la ONU de violar los derechos humanos.
Pero tras la creación del Alto Comisionado, las naciones en desarrollo iniciaron una activa campaña para que el nuevo puesto fuera ocupado por un representante propio.
Desde la designación de Ayala-Lasso, en abril de 1994, Amnistía lo criticó pero también trabajó junto a él para impedir violaciones a los derechos humanos a nivel mundial.
La organización señaló que se debe aprender de "los fracasos y los éxitos de los últimos tres años para asegurarse de que este importante puesto se transforme en un faro para la acción en favor de los derechos humanos en todo el mundo". (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/ml/hd/97