CUBA-ESPAÑA: Cancelación de crédito reaviva tensiones

La tensión entre Cuba y España resurgió con la cancelación de un crédito español aguardado por la industria azucarera cubana, un hecho que el gobierno de Fidel Castro consideró incomprensible.

El ministro de Comercio Exterior de Cuba, Ricardo Cabrisas, aseguró que no había razones técnicas para la anulación de la línea de crédito por 15 millones de dólares que España abrió a la isla en noviembre de 1995.

"Nuestro país realizó las operaciones en tiempo y forma para la utilización de dicha línea de crédito. Tiene que haber razones de otra índole para esta cancelación", dijo Cabrisas a la agencia cubana Prensa Latina.

En opinión del ministro, se trata de una nueva señal de una supuesta tentativa del gobierno español por limitar las relaciones económicas bilaterales. Ya en 1996, el Banco Exterior de España había negado otro crédito a Cuba, por 17 millones de dólares.

"Estas cancelaciones, destinadas precisamente a nuestra industria azucarera, significaron afectaciones importantes, pues fue necesario buscar otras fuentes de financiamiento", con las consiguientes "demoras y dificultades en un sector tan sensible", señaló Cabrisas.

Las palabras del ministro fueron la primera respuesta oficial de La Habana a la anulación del crédito, informada el 2 de este mes por el diario español El País.

El crédito debía ser transferido por el Banco de Sabadell y hubiese beneficiado a varias compañías exportadoras españolas, que reaccionaron con preocupación ante la cancelación resuelta, explicó El País.

Según el diario, La Habana interpretó la cancelación como "un nuevo acto de hostilidad" y comunicó su malestar al ministro de Economía y Hacienda de España, Rodrigo Rato.

"Lo más absurdo es que con esta medida a quienes se perjudica es a los empresarios españoles a quienes Cuba les iba a comprar" insumos, comentó un funcionario cubano no identificado por El País.

Por su parte, el portavoz de Asuntos Exteriores de España, Inocencio Arias, dijo que "se canceló una línea de crédito no utilizada en el último año, estrictamente por razones técnicas. No hay ninguna intencionalidad política en esta medida".

Arias insistió en que "las operaciones que se podían hacer" a través del acuerdo anulado "pueden acogerse a cualquiera de las otras tres líneas de crédito existentes, porque hay cobertura para ello".

Frente a esa afirmación, Cabrisas aseguró que Cuba cumplió todos los plazos fijados para solicitar el préstamo y que no podrá adquirir los insumos solicitados mediante las otras tres líneas de crédito que le ha abierto España.

La principal de las tres líneas aún abiertas cubre operaciones hasta 80 millones de dólares anuales y fue contratada con la Compañía Española de Seguro de Crédito a la Exportación.

La segunda prevé préstamos por 40 millones de dólares para adquirir alimentos, y la última consiste en una póliza a 180 días con garantía de azúcar y una cobertura de 60 millones de dólares.

Cabrisas informó que el gobierno de Castro expresó su preocupación al gobierno español por el cierre de la cuarta línea. A su juicio, el hecho no se corresponde con la tendencia ascendente del comercio bilateral en los últimos años.

España fue en 1996 el segundo socio comercial con Cuba, al sumar 562 millones de dólares el intercambio bilateral. El total había sido de 200 millones en 1992 y de 300 millones en 1994.

Pero Cabrisas advirtió que, de persistir la cancelación de créditos españoles a Cuba, se crearía un clima desfavorable para las relaciones económicos bilaterales.

Rafael Aznar, presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba y Juan Arenas, del Comité Bilateral Hispano- Cubano de Hombres de Negocios, manifestaron preocupación ante la anulación del crédito.

Según El País, la comunidad de negocios española consideró la cancelación una medida dura, por afectar uno de los pocos instrumentos financieros con que cuentan el Estado para apoyar las exportaciones y los empresarios para limitar sus riesgos.

El hecho ocurrió cuando otras naciones europeas, como Francia, conceden nuevos créditos a Cuba, indicaron las fuentes españolas consultadas por el periódico de Madrid.

"El empresariado español ha visto en el mercado cubano una potencialidad enorme, algo que se refleja en términos concretos y que abarca a un número importante" de proveedores, comentó Cabrisas.

El gobierno de José María Aznar, instalado en junio de 1996, mantiene una actitud reticente hacia Cuba y, tras exigir cambios políticos en la isla, ha limitado su cooperación en el área humanitaria.

Basado en declaraciones de funcionarios españoles, Cabrisas cree ver motivos políticos en las últimas decisiones tomadas por Madrid respecto de La Habana.

No obstante, puntualizó que el gobierno de Castro considera a España un importante socio comercial con el que ,"dentro de nuestro sistema político, podemos mantener y desarrollar relaciones normales". (FIN/IPS/mrc/ff/if ip/97

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