La mayoría de los habitantes de Cuba ignoraron este lunes el primer aniversario del derribo por la Fuerza Aérea de dos avionetas civiles, que provocó la llamada "crisis de las avionetas".
Las calles de La Habana amanecieron en calma tras un fin de semana de carnaval y las emisoras de radio centraban sus titulares en las fiestas por el aniversario del reinicio de las luchas de independencia contra España, en 1895.
Mientras, los medios de comuniación evaden toda información sobre la posibilidad de que una flotilla de 18 aviones y varias embarcaciones enviada por la organización de exiliados cubanos en Estados Unidos "Movimiento Democrático" llegue a aguas cubanas este martes.
La flotilla pretende echar flores al mar, en el lugar en que, según versiones del gobierno de Estados Unidos, fueron derribadas las dos avionetas.
El 24 de febrero del pasado año la Fuerza Aérea cubana derribó dos avionetas civiles pertenecientes al grupo anticastrista "Hermanos al rescate", con sede en la ciudad estadounidense de Miami.
El incidente, en el cual murieron cuatro pilotos, provocó la firma por el presidente Bill Clinton de la ley Helms-Burton, que endurece el bloqueo a la isla y prevé sanciones contra empresas de terceros países por "traficar" con antiguas propiedades estadounidenses en la isla.
Marianela Ferreol, portavoz de la cancillería cubana, reiteró que su gobierno adoptará todas las medidas necesarias para impedir cualquier violación de su espacio aéreo, terrestre o marítimo.
"No tenemos intenciones de ingresar a Cuba. Los derribos ocurrieron en aguas internacionales", dijo en Miami el piloto argentino Guillermo Lares, miembro de "Hermanos al rescate".
"Vamos a traspasar el paralelo 24 que está a 80 kilómetros de Cuba, pero no vamos a ir muy lejos", agregó.
La Habana asegura que el derribo ocurrió cuando las aeronaves sobrevolaban el espacio aéreo cubano como parte de un llamado a la "desobediencia civil" contra el gobierno de Fidel Castro lanzado por organizaciones de exiliados.
Fuentes oficiales cubanas afirman que en los diez meses anteriores al incidente del 24 de febrero pasado Cuba "toleró" más de 20 violaciones de su espacio aéreo, protagonizado por naves procedentes de Estados Unidos.
La última advertencia verbal apareció el 15 de enero cuando una declaración de la cancillería aseguró que la isla contaba con todos los medios para "derribar" o "hundir" cualquier embarcación que violara las fronteras nacionales.
El documento afirmó que aeronaves, piloteadas por cubanos residentes en Miami, vialaron el espacio aéreo cubano los días 9 y 13 de enero, sobrevolaron varias regiones de La Habana y lanzaron sobre la ciudad octavillas en contra del gobierno de Fidel Castro.
"El lamentable incidente del 24 de febrero de 1996 pudo haberse evitado", dijo el diputado Lázaro Barredo en un artículo publicado por el semanario Trabajadores, órgano de la central sindical cubana.
Según Barredo, cuando se produjo el incidente "a Cuba sólo le quedaban tres posibilidades: apelar a la parte norteamericana para que pusiera fin a esas acciones, actuar o permitir la impunidad".
"La última variante estaba totalmente descartada", afirmó el parlamentario.
Tras el derribo de las avionetas, grupos anticastristas de Miami reeditaron la experiencia el 24 de marzo y el 13 de julio pasados año, pero no se llegó a producir una nueva violación de las fronteras cubanas.
Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento, destacó que el 24 de marzo pasaría a la historia como la primera vez que las autoridades de Estados Unidos evitaban la violación de la soberanía de la isla.
Un comunicado del Departamento de Estado advirtió el día 20 a los participantes en la nueva flotilla que cualquiera que penetre el territorio cubano, por mar o por aire, se pone en serio peligro.
También recordó a Cuba "sus obligaciones, de acuerdo con los principios de la aviación civil internacional y el derecho del mar, de ejercer la mayor moderación y prudencia".
Sin embargo, fuentes oficiales cubanas estimaron que está en manos del gobierno de Estados Unidos evitar cualquier acción provocadora contra Cuba por parte de embarcaciones con sede en su territorio.
De acuerdo con la práctica establecida hace un año, el gobierno cubano dispuso de una embarcación para transportar a la prensa nacional y extranjera a un lugar cercano al punto hasta donde, supuestamente, debe llegar la flotilla anticastrista. (FIN/IPS/da/dg/ip/97
