Los rumores sobre la muerte del dirigente chino Den Xiaoping crearon preocupación en Beijing, Hong Kong y Taipei, donde la suerte del anciano líder tiene gran influencia en la economía, y particularmente en el mercado de valores a corto plazo.
Aunque no es la primera vez que estas versiones circulan, los dirigentes chinos, preparados para cualquier eventualidad, retornaron imprevistamente a Beijing esta semana desde sus provincias natales, donde se encontraban para festejar el Año Nuevo Lunar.
La preocupación se incrementó con las versiones de los diarios japoneses, que informaron que Deng había sufrido una hemorragia cerebral.
Los analistas sostienen que los rumores sobre la muerte de Deng afectan a las bolsas de valores regionales "por lo menos una vez al mes". Los diplomáticos en Beijing afirman que los cambios repentinos en la seguridad de la capital, sin relación a visitas de Estado, inician nuevas olas de rumores.
Los inversores mantienen la cautela aunque los precios de los valores chinos se recuperaron este miércoles tras la caída del martes. El diario Ming Pao de Hong Kong informó que Deng se estaba recuperando en su casa, asistido por un equipo médico.
Los movimientos de las hijas de Deng han sido en los últimos años un barómetro de su salud. Se estima que las hijas de Deng, que viajan con frecuencia, no se trasladarían fuera de China si el estado de salud de su padre fuera delicado.
Diplomáticos y analistas sostienen que los rumores han sido utilizado por las autoridades para bajar momentáneamente los precios de las acciones cuando están al alza, para que los inversores chinos puedan comprar y luego beneficiarse con la suba del mercado.
Consciente del efecto de la prensa sobre los mercados, la cancillería informó que no hay "grandes cambios" en el estado del líder de 92 años, visto por última vez en público en Shenzen en 1994, con aspecto frágil y deteriorado.
Las especulaciones sobre la muerte de Deng desestabilizan a los mercados financieros, aunque éste ya no ocupa cargos oficiales desde que se retiró de la presidencia de la poderosa Comisión Militar Central en 1990.
La razón por la que se brinda tanta atención a su muerte "refiere a la cultura política china. Mientras un líder supremo siga vivo, aunque sin funciones, sus políticas y sus protegidos no serán atacados con facilidad", sostiene Terry Cheng, editor del diario Hong Kong Standard.
Este miércoles, los diarios de Beijing publicaron artículos de los máximos dirigentes chinos elogiando la política de Deng de "puertas abiertas" para atraer la inversión económica extranjera y liberalizar la economía.
Los corredores de bolsa especulan con el momento más adecuado para que Deng muera, un intento de adivinar cuándo los dirigentes chinos estiman que sería seguro políticamente "apagar la máquina de oxígeno".
Según Bob Broadfoot, de la Consultora de Riesgo Político y Económico (PERC), con sede en Hong Kong, para el presidente Jiang Zemin, "el mejor momento para la muerte de Deng sería en agosto o septiembre, después de recuperar la soberanía sobre Hong Kong pero antes de conocerse los cambios en el politburó en octubre".
En octubre se realizará el crucial 15 congreso del gobernante Partido Comunista, en el cual probablemente renuncie el primer ministro Li Peng y sea designado un sucesor.
Jiang fue designado presidente y líder de la Comisión Militar Central por Deng. "Para Jiang y sus colegas, cuanto más tiempo viva Deng, mejor", añade Broadfoot.
Aunque la dirigencia china busca restarle importancia a la filosofía económica de Deng y su papel en la elaboración del sistema actual, se estima que cierta estabilidad ideológica es necesaria para consolidar la posición de Jiang, especialmente con los militares.
Broadfoot afirma que "muchos de los oficiales más respetados del ejército sienten mayor lealtad hacia Deng que hacia Jiang y están tan arraigados en sus cargos que Jiang no ha podido sustituirlos aún".
Un informe de PERC sostiene que si Deng muere antes del cambio de gobierno en octubre, sus aliados dentro del ejçército tendrían mayor poder para influir sobre la política. Después de octubre, "se espera que varios generales que no están en el grupo más cercano a Jiang se jubilen".
Los analistas consideran sin embargo que el temor que existía hace unos años sobre el vacío de poder y el caos que motivarían la muerte de Deng, ha disminuido en la actualidad debido al mayor poder de Jiang.
Los mercados de valores regionales se recuperan más rápidamente tras la primera ola de rumores. En 1995, se perdieron grandes fortunas cuando rumores por el estilo causaron la caída de cientos de puntos en el mercado de Hong Kong.
Los observadores concuerdan en que, con el paso del tiempo, aunque Deng sigue con vida, se lo aparta gradualmente de los asuntos cotidianos de China. Lo evidencia la clausura de la oficina de Deng en Beijing a principios de año, de donde habían emanado muchos de los decretos y declaraciones del dirigente. (FIN/IPS/tra-en/ys/ral/aq-jc/ip/97