CHINA: Año del Buey con cognac francés y chocolate suizo

China está en pleno bullicio previo al año nuevo lunar y millones de personas se trasladan a sus poblados natales para festejar con sus familias. Pero esta vez, manjares de lujo procedentes de Occidente adornarán las mesas.

El año que comienza este jueves corresponde al Buey, de acuerdo con el ciclo de 12 basados en animales salvajes, domésticos y mitológicos. La fecha abre el Festival de la Primavera, período que no se caracteriza precisamente por la moderación en la comida y la bebida.

El masivo traslado de los migrantes internos chinos a sus poblados natales para asistir a la juerga provoca congestionamientos en los centros comerciales y dolores de cabeza a los funcionarios encargados del sistema de transporte.

Muchos se conforman con fiestas al estilo tradicional, pero las reformas económicas tendentes al libre mercado han calado hondo. Pocos sienten culpa en este país comunista de comprar productos lujosos como galletas estadounidenses, cognac francés y chocolate suizo.

Pero solo los podrán disfrutar aquéllos que hayan capitalizado en su favor los 15 años de apertura económica.

"Se prevén ventas por 720 millones de dólares en las vísperas del año nuevo, un aumento de 20 por ciento respecto del año pasado", dijo Liu Xinfeng, funcionario de la Comisión Comercial de la Municipalidad de Beijing.

Uno de los signos de cambio en China fue la apertura en enero del centro comercial Price Smart, filial de la cadena fundada en Estados Unidos por Sol y Robert Price hace 21 años.

Este establecimiento tiene todas las características de uno occidental, como nóminas y tarjetas de compradores especiales. A cambio de una cuota, los clientes preferenciales pueden hacer compras a granel a precios especiales.

"Esto es una verdadera ganga. Probablemente tenga que venir otra vez antes del fin de la temporada para llenar de nuevo el congelador", dijo Zhang Guoping, un entusiasmado cliente, mientras empujaba un carro rojo lleno a tope de bebidas y comestibles, todos en paquetes de, al menos, tres unidades.

Aunque las compras de este período constituyen una inyección de dinero en la economía china, el Festival de la Primavera es también el momento más difícil para el sistema de transporte nacional.

La tradición del confucionismo, que considera a la piedad filial una de las virtudes de mayor valor, indica que toda la familia debe asistir a la fiesta. Por eso, millones de trabajadores y estudiantes de las grandes ciudades se dirigen a sus pueblos de origen.

El Ministerio de Carreteras prevé que se realizarán mil millones de viajes durante el Festival de la Primavera este año.

El resultado de una campaña de recolección de firmas lanzada en septiembre por Gao Lingli, trabajadora de la estación occidental de trenes de Beijing, da una idea de la cantidad de viajes que se efectúan en este período.

Su aspiración era alcanzar 199.711 firmas, número que evoca la fecha en que Hong Kong será entregada por Gran Bretaña a China, el 1 de julio de 1997.

Entre septiembre y mediados de enero, recogió apenas 10.000 adhesiones. Pero en la última semana del mes pasado, al comenzar el congestionamiento, las firmas comenzaron a llover. "En apenas cinco días obtuve más de 20.000 firmas", dijo Gao. (FIN/IPS/tra- en/ab/cpg/mj/cr/97

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