El bochorno y la polémica fueron las notas relevantes de la versión número 38 del Festival de la Canción de Viña del Mar, que concluyó en la madrugada de hoy en el balneario chileno del mismo nombre.
Ni siquiera la calidad del tema ganador de la competencia, "Para vivir un dulce amor", del famoso compositor argentino Víctor Heredia, salvó este espectáculo de una semana en que primaron la consagración de la mediocridad y el despilfarro.
El festival se clausuró sin que se apagaran los fuegos de la polémica encendida el domingo por el ganador de la competencia folclórica, Tito Fernández, el Temucano, quien en una dura declaración calificó a este encuentro artístico de "feria de las vanidades".
El Festival de la Canción de Viña del Mar, que se celebra cada año en la ciudad balnearia situada 120 kilómetros al oeste de Santiago, es organizado por el municipio viñamarino y el canal televisivo Megavisión, asociado a la cadena Televisa.
La lucha por alcanzar alto ráting lleva a extremar recursos al margen de los aspectos musicales, como fue la contratación como coanimadora de la modelo argentina Valeria Mazza, quien cobró 50.000 dólares por sólo una noche de presentación.
Los periodistas especializados coinciden en que los pocos artistas de real calidad que llegaron al "show" del festival fueron relegados, ya sea porque se les programó en horarios inadecuados o simplemente por la falta de sensibilidad del público.
Tal fue el caso del español Miguel Bosé, que cerró la jornada inaugural, y de la pareja también española de Ana Belén y Víctor Manuel, que cantaron en la madrugada del lunes ante graderías que se iban vaciando progresivamente.
Otro español, Ignacio (Nacho) Cano, integrante del ahora en receso grupo Mecano, quien formó parte del jurado, recibió una estruendosa silbatina en la noche final, cuando subió al escenario a interpretar dos temas con su novia Cristina Ferré.
"Nacho, quedó claro, es incomprensible para Viña con su juego de sutilezas, buena musica, excelentes letras y esa tremenda cantante rubia", escribió este martes Grace Dunlop del diario La Nación.
El arte de Cano contiene "demasiada fineza para la Quinta", agregó la periodista, aludiendo al "monstruo", como se denomina a las 10.000 personas que repletaban el aforo de la Quinta Vergara, el anfiteatro donde se celebra el festival.
El mayor ráting del festival, con 41,4 puntos, correspondió a las horas del domingo en que Valeria Mazza fungió como coanimadora junto al sempiterno presentador del festival, Antonio Vodanovic.
Las grandes atracciones del consorcio Megavisión-Televisa en el "show" de la noche de la clausura fueron el grupo brasileño E O Tchan y el mexicano Juan Gabriel, ambos con 22 puntos de sintonía televisiva.
Juan Gabriel ratificó la popularidad de que goza en Chile, mientras los músicos de Bahía ganaron la atención de espectadores y televidentes con Carla Peres, su rubia bailarina, cuyas fotos hicieron agotarse dos ediciones de Play Boy en Brasil.
Según Dunlop, el "histrionismo cebolla" de Juan Gabriel y "la rubia incendiaria" de E O Tchan con "un trasero regordete moviéndose al son de una canción para monos", fueron los símbolos más apropiados del nivel artístico del festival.
Tito Fernández, un veterano cantautor que anteriormente estuvo de jurado en este certámen, fue aún más duro al enjuiciar esta cita musical, que a su juicio es sólo una expresión del "show bussines internacional".
Fernández fue el ganador de la competencia folclórica del festival, pero antes de conocerse los resultados de la misma redactó y depositó una declaración con sus juicios, que hizo pública luego de que le adjudicaran el premio el domingo.
El folclorista calificó de "basura" al espectáculo artístico del festival.
"Aquí se privilegia la anticultura y los antivalores" y "nuestra musica, nuestra cultura es relegada a segundo, tercer o cuarto plano", dijo.
"Hago un llamado a mis compañeros folcloristas. No vengan a esta fiesta. No es para nosotros. No contribuyan a llenar de basura nuestra patria. No vengan", señaló con vehemencia el Temucano en su declaración.
Las expresiones de Fernández provocaron revuelo en el mundo folclórico y si bien muchos de sus colegas cuestionaron el tono y la oportunidad de sus palabras, la mayoría coincidió con sus juicios sobre el carácter del Festival de la Canción de Viña del Mar. (FIN/IPS/ggr/ag/cr/97
