La Cámara de Comercio de Santiago emitió hoy una señal de inflación para febrero de 0,8 por ciento, considerada inusualmente alta y que se combina con una acentuada caída del precio del dólar en Chile.
Mientras se ve virtualmente amenazada la meta de inflación del gobierno de Eduardo Frei para el presente año, los exportadores advierten que tampoco se podrán alcanzar los objetivos del país en materia de comercio exterior.
El dólar, que muestra fortaleza frente al yen japonés y el marco alemán en los mercados internacionales, sufre en Chile una pronunciada baja desde una cotización de 428 pesos a mediados de enero a valores en torno a 412 pesos en la última semana.
Si se materializa un incremento del índice de precios al consumidor (IPC) de 0,8 por ciento en febrero, el índice anualizado de inflación llegará a 7,7 por ciento, muy por encima de la meta de 5,5 por ciento para 1997.
Chile registró en 1996 un incremento del IPC de 6,6 por ciento, gracias a la política de ajuste que mantuvo el Banco Central con altas tasas de interés para incentivar el ahorro interno y desalentar el gasto.
Uno de los desafíos para el objetivo inflacionario de este año está en la sequía que afecta al país desde 1995 y cuyos efectos se están sintiendo en un constante aumento de los precios de los productos agrícolas.
Este factor climático, según estiman expertos del sector privado, empujará a las autoridades del Banco Central a defender la meta de inflación y, por tanto, a no rebajar las tasas de interés pese a las demandas empresariales.
Los altos intereses, que fluctúan entre 1,3 y 1,8 por ciento para colocaciones a 30 días, incentivan el ahorro en monedas locales y aumentan la oferta de dólares en el mercado, manteniendo baja la cotización de la divisa estadounidense.
A mediados de enero, el Banco Central introdujo modificaciones a las normas cambiarias, aumentando a 80 por ciento la ponderación del dólar en la canasta de monedas con el yen y el marco con que se regula el comercio exterior.
Los propósitos de favorecer el precio del dólar de esas medidas no fructificaron como consecuencia de las presiones inflacionarias y actualmente se teme que la moneda estadounidense siga cayendo hasta los 410 pesos.
Rpnald Bown, presidente de la Asociación de Exportadores de Chile, dijo este lunes al diario El Mercurio que "la situación es sencillamente insostenible" para su sector, que soporta desde 1991 una desvalorización del dólar.
Según cálculos de Gemines, una consultora privada, desde 1991 el peso se ha revaluado en más de 20 por ciento con respecto al dólar, y Bown teme que el Banco Central insista el aumentar las tasas de interés para bajar la inflación.
El presidente de los exportadores sostuvo que el sector hortofrutícola acumula en los últimos 12 meses una pérdida de 140 millones de dólares, equivalente a 10 por ciento de los 1.400 millones que cada año exporta esta actividad.
Cristóbal Valdés, presidente de la Corporación Nacional de Exportadores, el sector está obligado a postergar sus planes de inversión y expansión, lo cual plantea "un futuro dramático" para el comercio exterior del país.
En 1996 las exportaciones de Chile disminuyeron 6,5 por ciento y la meta de un aumento de ocho por ciento se ve difícil para 1997, siendo muy probable que la balanza comercial repita el déficit superior a 1.200 millones de dólares del último año, dijo Valdés.
El dirigente empresarial sostuvo que para los exportadores será menos oneroso vender bienes primarios, en lugar de invertir en tecnologías e insumos para agregar valor a sus bienes, como lo plantea el gobierno en el marco de "una segunda fase exportadora".
Las autoridades no comparten la alarma de los empresarios y sostienen que si bien el primer trimestre será de alta inflación, a partir de abril debe registrarse un gradual control de los precios para cumplir la meta de 5,5 por ciento.
De esta forma, debería producirse un ajuste natural de las tasas de interés, con un mayor margen para la recuperación del precio del dólar, que favorecería a su vez a los exportadores. (FIN/IPS/ggr/dg/if/97