Este será un año histórico para Brasil, que concentrará sus fuerzas en las privatizaciones y en el crecimiento económico, afirmó hoy en la capital italiana el presidente de ese país Fernando Henrique Cardoso.
Cardoso se reunió este martes con el empresariado italiano agrupado en la Confindustria, en el primer día de su visita de Estado, que incluirá también una audiencia privada con el Papa Juan Pablo II, el viernes.
Cardoso fue recibido por el presidente de Italia, Oscar Luigi Scalfaro, y los titulares del Senado, Nicola Mancino, y de la Cámara de Diputados, Luciano Violante.
Ante los dirigentes de la Confindustria, subrayó la importancia prioritaria de la búsqueda de socios extranjeros para ejecutar proyectos económicos.
Destacó que Brasil está atravesando un período particularmente positivo, al haber alcanzado una "democracia plenamente madura".
Para 1997 se prevé un crecimiento económico de entre cuatri y cinco por ciento, con un producto interno bruto de 800.000 millones de dólares.
Entre 1990 y 1996 las exportaciones aumentaron de 22.000 a 53.000 millones de dólares, indicó el mandatario.
Las reservas monetarias de Brasil ascienden a 60.000 millones de dólares y las inversiones directas en 1996 fueron de 9.000 millones. En 1997 deberían llegar a 12.000 millones de dólares.
El programa de privatiaciones realizado entre 1991 Y 1996 llevó a las arcas del Estado 18.000 millones de dólares y para 1997 se prevé que la venta de una de las mayores empresas mineras estatales, la "Vale do río Doce", significará unos 10.000 millones de dólares.
"Todo esto es positivo, pero hay otros desafíos que Brasil debe enfrentar", subrayó Cardoso aludiendo sobre todo a la desigual distribución de la riqueza nacional.
A pesar de que el número de personas que viven bajo el nivel de pobreza bajó en 13 millones de personas, Cardoso evidenció, sin entregar cifras, que "hay todavía mucho por hacer".
La "solidez de un país depende del avance de las normas democráticas y de un progreso gradual", concluyó.
El presidente de la Confindustria, Giorgio Fossa, destacó que "el sistema industrial italiano, con su capacidad y conocimientos tecnológicos, ofrece grandes posibilidades de colaboración a todos aquellos países que tienen interés en internacionalizar su sistema económico".
Italia, dijo Fossa, tiene un "enorme interés en garantizar, con las otras grandes potencias industriales, el sistema internacional de libre intercambio".
"Es esencial que también las nuevas entidades regionales, como el Mercosur, se inserten en este gran diseño de globalización de los mercados", estimó.
De todos modos, "el interés europeo e italiano en esa área dependerá sobre todo de las decisiones que esos países harán a nivel de las medidas para atraer y hacer redituables las inversiones extranjeras".
Cardoso firmará este miércoless con el jefe del gobierno de Italia, Romano Prodi, una serie de acuerdos bilaterales en materia de lucha al narcotráfico, cooperación económica, cultura e investigación científica.
Cardoso se propone pedir a Prodi que Italia ayude a convencer a la Unión Europea de poner término a las barreras comerciales contra los productos agrícolas brasileños.
Brasil es el primer país de América Latina por sus intercambios comerciales con Italia.
En 1995, las importaciones italianas alcanzaron 2.200 millones de dólares y las exportaciones 3.440 millones.
El país sudamericano brinda también particular atención al diálogo con la Unión Europea en el ámbito del Mercosur.
La última visita de un presidente brasileño a Italia fue en diciembre de 1991, protagonizada por el luego depuesto Fernando Collor de Mello.
En Brasil viven unas 23 millones de personas de origen italiano. (FIN/IPS/jp/dg/ip-if/97)
