Carreteras intransitables, 13.680 familias damnificadas, zonas rurales inundadas, derrumbes en ciudades, pérdidas de productos agrícolas y desabastecimiento de alimentos en las ciudades componen el dramático cuadro creado en Bolivia por las intensas lluvias que han puesto al país en emergencia.
El fenómeno de las fuertes lluvias es común en varios países de América del Sur, pero este año se presentaron en niveles por encima del promedio.
Sólo en el departamento de La Paz, el 50 por ciento de toda la producción agrícola de este año está en riesgo de perderse, lo que ocasionaría problemas de abastecimiento en la ciudad sede de gobierno, de más de un millón de habitantes.
"Lo que está pasando en La Paz es muy grave. Se trata de un desastre que va a costar mucho dinero" y esfuerzo, dijo el prefecto del departamento, Germán Quiroga.
La oficina a su cargo ha suspendido desde hace tres semanas todas las obras de inversión en esta región del país y ha dispuesto que más de 500 obreros se dediquen exclusivamente a trabajos de refacción de puentes, túneles y plataformas de los caminos.
Aún así, sólo las carreteras entre La Paz y Oruro, y entre Patacamaya y Tambo Quemado, en la frontera con Chile, son transitables en este departamento.
En Santa Cruz, principal centro agroindustrial de Bolivia, en el este, más de 100.000 hectáreas de cultivos de arroz, caña de azúcar y algodón han sido dañados por las inundaciones, y se estima que unas 15.000 personas han perdido sus viviendas y enseres domésticos por el desborde de los ríos.
"La situación es crítica: necesitamos 15.000 raciones diarias de alimentos durante un mes para ayudar a los daminificados", aseguró el prefecto de ese departamento, Alfredo Romero.
El servicio nacional de caminos informó que sólo en el departamento de Santa Cruz unos 3.200 kilómetros de carreteras están afectados y el servicio ferroviario de la red oriental está interrumpido desde la semana pasada.
En Cochabamba, en el centro del país, las principales carreteras están cortadas y sólo algunas de ellas resultan transitables con dificultad durante el día, afirmaron autoridades de ese departamento, donde las lluvias han provocado la pérdida del 95 por ciento de la producción de papa.
En el sureño departamento de Tarija, las lluvias han provocado la ruptura del gasoducto de exportación de gas natural a Argentina. Debido a este accidente, Bolivia deja de percibir diariamente 270.000 dólares.
Por esa tubería, la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos vende al vecino país un volumen diario de 210 millones de pies cúbicos de gas natural desde hace más de 20 años.
A consecuencia de ese mismo accidente, las ciudades del sur de Bolivia sufren escasez de carburantes y racionamientos en la provisión del servicio de energía eléctrica.
Oruro, en el altiplano, ha sido declarado "zona de desastre natural". Allí, más del 90 por ciento de las cosechas han sido afectadas irreversiblemente por las lluvias.
En el amazónico departamento del Beni, en el norte, están cortadas todas las carreteras de acceso y han comenzado a aparecer los primeros brotes de fiebre amarilla y otras enfermedades contagiosas, debido al arrastre de ganado muerto y en estado de putrefacción por efecto de las inundaciones.
En una evaluación global del impacto de las lluvias en Bolivia, la Dirección de Defensa Civil informó que el 80 por ciento de las carreteras principales y secundarias del país se encuentran interrumpidas, así como la mayoría de las vías férreas.
Ante la emergencia, el gobierno boliviano ordenó el desembolso de 575.000 dólares para el trabajo de Defensa Civil, a lo que se suma el compromiso de organizaciones internacionales humanitarias, que cooperarán con alimentos, ropa y voluntarios para asistir a los daminificados por las inundaciones.
También las Fuerzas Armadas han sido movilizadas a las regiones más afectadas por las crecidas de los ríos e inundaciones. (FIN/IPS/jcr/ag/en-pr/97