BOLIVIA: Gobierno rechaza "chantaje" del MRTA peruano

Dos guerrilleros peruanos en huelga de hambre en una prisión de Bolivia intentan obtener su libertad como rescate por el embajador boliviano Jorge Gumucio, uno de los 72 rehenes que retiene en Lima el Movimiento Revolucionario Tupac Amarú (MRTA), según cree el gobierno.

La huelga de hambre en la prisión de Chonchocoro, que tiene también participación de 14 reclusos bolivianos, comenzó el jueves como protesta contra la lentitud de los procesos judiciales. Pero el gobierno de Bolivia sospecha que se trata de un "chantaje" del peruano MRTA, y lo rechaza.

Los dos presos miembros del MRTA están acusados del secuestro en 1995 del industrial boliviano Samuel Doria Medina, y encabezan la medida de protesta en el penal de Chonchocoro, ubicado a 40 kilómetros de La Paz.

El gobierno ordenó el aislamientos de los guerrilleros peruanos en huelga de hambre para evitar su contacto directo con la prensa.

Las autoridades no descartan la posibilidad de que la huelga fuera coordinada por los guerrilleros presos en Chonchocoro y la plana mayor del MRTA en Perú en procura del canje de esos mismos reclusos por Gumucio, cautivo desde el 17 de diciembre en la residencia del embajador de Japón en Lima.

Los militantes del MRTA atrincherados en esa residencia diplomática exigieron al gobierno peruano la liberación de todos sus compañeros presos como condición para poner en libertad a los rehenes.

Juan Carlos Caballero Velásquez, uno de los dos guerrilleros peruanos en huelga de hambre de Chonchocoro, es considerado el tercer hombre en la línea jerárquica del MRTA, después de Víctor Polay, preso en Perú, y de Néstor Cerpa, jefe del grupo que asaltó la residencia del embajador de Japón.

Otros dos miembros del MRTA encarcelados en Bolivia por participar del secuestro de Doria Medina no se unieron a la huelga de hambre.

Finalmente, la justicia de Uruguay negó la extradición a Perú de otros dos presuntos integrantes del MRTA, acusados también por el gobierno peruano del secuestro de Doria Medina.

Horas después de que los dos supuestos guerrilleros recuperasen su libertad en Montevideo, el MRTA liberó en Lima al embajador de Uruguay en Perú, Tabaré Bocalandro, que estaba retenido en la residencia diplomática asaltada.

El MRTA no ha pedido expresamente el canje por Gumucio de los guerrilleros detenidos en este país, aunque se supone que retiene al embajador boliviano entre los rehenes para lograr la libertad de sus compañeros.

Gumucio y el jefe de la representación diplomática japonesa son los dos únicos embajadores que el MRTA aún mantiene cautivos.

La huelga de hambre de los dos guerrilleros no cambia la decisión del gobierno boliviano de negarse al canje de prisioneros, aseguró Jaime Aparicio, secretario de Relaciones Internacionales de la cancillería.

Bolivia tampoco actuará en forma unilateral en el caso de los rehenes de LIma, y toda decisión sería consultada con los gobiernos de Perú y Japón, dijo Aparicio.

También José Luis Harb, subsecretario de Régimen Penitenciario, advirtió que la huelga de hambre de Chonchocoro no decidirá la suerte de Gumucio, que "sólo depende de las negociaciones que se llevan adelante entre el gobierno peruano y el MRTA.

Mientras, la lentitud de los procesos judiciales retardación de justicia, el motivo invocado para la huelga de hambre, ha provocado también protestas en otras prisiones.

Los más de 1.200 reclusos de la penitenciaría de San Pedro, la más grande del país, ubicada en La Paz, podrían sumarse a la huelga de hambre en Chonchocoro para exigir el dictado de sentencias, advirtieron portavoces de los reclusos. (FIN/IPS/jcr/ff/ip/97

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