A cien días de los comicios presidenciales en Bolivia, el ex dictador militar Hugo Banzer, que gobernó por la fuerza este país entre 1971 y 1978, está primero en las preferencias electorales y podría volver al poder, esta vez por la puerta ancha de la democracia.
Todas las encuestas, independientes o partidarias, aunque difieren en los márgenes de ventaja, coinciden en ubicar a Banzer en el primer lugar, seguido por el ex presidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), el populista Carlos Palenque y el oficialista Juan Carlos Durán.
Una de las investigaciones más recientes, realizada por la empresa independiente "Encuestas y estudios" en las cuatro principales ciudades de Bolivia, señalan a Banzer con 19 por ciento de la preferencia electoral, aunque 26 por ciento dijo no gustarle ninguno de los candidatos hasta ahora conocidos.
Paz Zamora, líder del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), pese a las duras críticas en su contra por haber tenido, supuestamente, vínculos con narcotraficantes en el pasado, ocupa el segundo lugar de las preferencias, con 15 por ciento de respaldo.
Enseguida, con 14 por ciento, está el animador de radio y televisión Carlos Palenque, con su populista "Conciencia de Patria", propietario de un sistema de radio y televisión que es su principal tribuna política y su arma de influencia sobre el electorado de La Paz y otros departamentos altiplánicos.
En tanto, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), partido del actual presidente boliviano, Gonzalo Sánchez de Lozada, aparece ubicado en el cuarto lugar en las encuestas.
El candidato del MNR, Juan Carlos Durán, que fue presidente del Senado durante los últimos tres años y medio, aún no aparece en las encuestas, ya que su elección como aspirante a la Presidencia es reciente y se produjo tras la renuncia del ministro de Justicia, René Blattmann, a esa candidatura.
Ivo Kuljis, candidato presidencial por la populista Unidad Cívica Solidaridad, aliada del gobierno de Sánchez de Lozada, aparece en el quinto lugar con 11 por ciento.
Miguel Urioste, aspirante presidencial del centrista Movimiento Bolivia Libre, también miembro de la coalición gobernante, está en la sexta ubicación con cuatro por ciento.
Banzer, de 71 años, militar de profesión, parece tener este año el camino despejado para volver al poder, después de cinco frustrados intentos.
En todas los ocasiones anteriores, el militar se ubicó entre el tercer y primer lugar, pero no logró acceder a la presidencia por las alianzas entre sus oponentes, que permanentemente lo excluyeron.
Tras su alejamiento del poder en 1978, forzado por un poderoso movimiento social de rechazo a la dictadura que finalmente terminó obligándole a renunciar y convocar a elecciones, Banzer creó en 1979 su instrumento político, Acción Democrática Nacionalista (ADN), de la que es fundador y principal dirigente.
Con ADN, Banzer participó en las elecciones generales de 1979 y 1980, en las que resultó en tercer lugar, en 1985 fue el ganador de las elecciones, y en las dos siguientes citas con las urnas, en 1989 y 1993, se ubicó en segundo lugar.
Censurado por sectores sindicales, de izquierda y organizaciones internacionales de derechos humanos por haber sido parte de la cadena sudamericana de dictaduras de los 70, Banzer sale al paso de las críticas calificando el golpe de Estado que lo llevó al poder en 1971 como una "revolución".
Argumenta que las circunstancias de aquel momento histórico de emergencia de movimientos populares encaramados en el poder lo obligaron a cumplir con un mandato de las Fuerzas Armadas para llegar al gobierno por el poderío de las armas y evitar la expansión de los "extremistas".
Frente a todas las críticas por su pasado autoritario, Banzer expone en su defensa su conversión a la democracia con gestos como el que tuvo en 1985, cuando ganó las elecciones y con el argumento de viabilizar la democracia apoyó en el parlamento la elección del segundo, Víctor Paz Estenssoro, como presidente.
En las elecciones de 1989, cuando resultó segundo, Banzer apoyó la elección como presidente del tercero en los resultados, Jaime Paz Zamora.
En los comicios de ese año había triunfado Gonzalo Sánchez de Lozada, del MNR, tras romper un pacto de reciprocidad de su partido, que se había comprometido a apoyar la elección de Banzer en el parlamento.
En Bolivia, debido a un sistema electoral que exige la mayoría absoluta (mitad más uno de los votos) en las elecciones para acceder directamente al gobierno, y ante la imposibilidad de los partidos de lograr ese porcentaje, la elección real de un gobierno se define en el parlamento.
Con un sentimiento muy cercano a la euforia, Banzer y sus seguidores tienen la certeza de que ellos serán gobierno el próximo 6 de agosto, cuando Sánchez de Lozada entregue el mando de la nación a su sucesor.
Aún si conservara el primer lugar de las preferencias hasta el día de las elecciones, Banzer no alcanzará la mayoría absoluta, pero se estima que accedería a la Presidencia con los votos del MIR de Paz Zamora y otras organizaciones menores en el parlamento.
Tanto Banzer como el resto de los principales candidatos a llegar al poder este año abrazan el sistema de economía de mercado como modelo económico a seguir, aunque en esta campaña el militar retirado subraya la necesidad de dotar de un contenido social a esas políticas para "superar la pobreza".
Paz Zamora, el sorpresivo segundo preferido en las encuestas, tiene cerrado el camino al gobierno porque sobre él y su partido pesa un no declarado veto de Estados Unidos, que le retiró su confianza y la visa de ingreso a ese país por supuestos, aunque nunca probados, vínculos con el narcotráfico en el pasado.
Finalmente, el MNR, de Sánchez de Lozada, atraviesa por un momento crítico de cara a las elecciones, con un nivel de popularidad muy reducido, por el acelerado desgaste producido durante estos años de gobierno, en los que paradójicamente se aplicaron reformas estructurales de importante impacto social. (FIN/IPS/jcr/jc/ip/97
