ASIA: Especies en riesgo de extinción en menúes de restaurante

"El único bife de víbora del mundo" publicita un anuncio en el restaurante Kaithong, atrayendo al público con la imagen de una gigantesca Cobra Real.

Este es solamente uno de los "manjares exóticos" que el restaurante tiene para ofrecer, invitando a los clientes a degustar la carne de pitones, cocodrilos, jabalíes, tortugas de caparazón blanda, lagartijas y liebres.

Pitones, liebres y tortugas son servidos con salsas picante y agridulce y sopas de coco, o fritos con ajo, ajíes o salsa de ostras.

Un bife de pitón cuesta alrededor de 12 dólares, el jabalí al curry rojo ocho dólares, al igual que una porción abundante de ranas fritas.

Mucho más costosa es la rara Cobra Real, especie protegida por la ley tailandesa. Los responsables del restaurante pueden seleccionar una víbora viva y cocinarla a gusto del cliente por 180 dólares. La cobra ya muerta con pimientos verdes es más barata, y el platillo cuesta 40 dólares.

Para muchos extranjeros ricos y miembros de la creciente clase alta tailandesa con un gusto por lo exótico, el restaurante Kaithong en Chiangmai, el norte de Tailandia, es un paraíso. Para los ambientalistas, refleja la creciente amenaza a la vida silvestre del mundo.

Muchas de estas especies están protegidas por la ley en Tailandia, no obstante muchas terminan en los menúes de restaurantes de toda Asia, donde el cumplimiento de las leyes es detenido por la falta de recursos y la corrupción entre los funcionarios.

Pero lo más preocupante para activistas defensores del medio ambiente en Tailandia es una tendencia a la legalización de la cría comercial de especies exóticas y en riesgo de extinción.

Mientras muchos de estos animales escogidos para esta cría no son nativos de Tailandia, como los camellos y los avestruces, varios granjeros también crían cocodrilos e incluso tigres que viven en el país.

Tailandia ya cuenta con dos conocidas granjas de cría de tigres, una de las cuales es Sri Racha, 150 kilómetros al este de Bangkok, la cual dice tener 100 cachorros.

Leonie Vejjajiva, de la Fundación de Vida Silvestre de Tailandia, que administra un centro de animales en las afueras de Bangkok, afirma que en la granja se quitan las pezuñas de los tigres, aunque se diga que son criados con fines conservacionistas.

"Esto significa que nunca pueden ser reintroducidos en la selva", explica la experta.

Tailandia no sólo tiene cientos de granjas de cocodrilos en las afueras de Bangkok, y recientemente instaló una granja piloto para camellos. El ministerio de agricultura, que inició el proyecto, espera que los camellos se conviertan en fuente atractiva de leche, carne y cuero.

En mayo de 1996 otra agencia del gobierno, la Junta de Inversiones, comenzó a promover la cría de avestruces con la intención de producir carne alta en proteínas y baja en colesterol, como sustituto de la carne vacuna.

Con la venta abierta de animales salvajes y "exóticos", denuncian activistas, no está lejos la cría comercial explícita de especies protegidas e incluso en riesgo de extinción como tigres o rinocerontes.

El problema con esa cría comercial es que vuelve muy difícil distinguir entre un tigre criado legalmente y otro cazado sin autorización en la selva.

Muchos de estos animales terminan en restaurantes de la región, en Camboya, Laos, Vietnam, Singapur, Birmania y Hong Kong, visitados sobre todo por inversores de Corea del Sur, Taiwan, China y Japón.

Además, las supuestas propiedades medicinales y afrodisíacas de varios de estos animales hacen que sean muy buscados, generando caza ilegal y un intenso tráfico en Asia. (FIN/IPS/tra-en/tg/cpg/lp/en/97

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