(Artes y Espectáculos) ESTADOS UNIDOS: El capitalismo sagrado, la nueva moda editorial

A medida que se aproxima el próximo milenio, las potencias editoriales del capitalismo y el cristianismo reinan en las librerías de Estados Unidos. Y se han convertido, prácticamente, en hermanos siameses.

Las imprentas han producido un amplio abanico de libros que describen a Jesucristo como un empresario ejemplar, cantan loas a la ética que alimenta el ideario liberal y explican como triunfó el capitalismo frente al socialismo, no solo en su batalla contra la Unión Soviética, sino a los ojos de Dios.

Esta tendencia no es novedad en la literatura estadounidense, pues cada generación tiene su propia biblia capitalista. Desde el padre de la patria Benjamin Franklin hasta el millonario editor de pornografía Larry Flint, voluntariosos empresarios han defendido sus acciones con peculiares argumentos religiosos.

Flynt, quien sufrió una breve fiebre cristiana en los años 70 aunque sin renunciar por ello a los ingresos que recibía de la pornográfica y misógina revista Hustler, es uno de los tantos casos en los cuales se presta atención a un empresarios por lo que dice (o escribe) y no por lo que hace.

La tendencia de los libros religioso-empresariales se convirtió en moda el año pasado, con títulos como "Jesus C.E.O" ("Jesús, el gerente ejecutivo"), de Laurie Beth Jones y "The Management Methods of Jesus" ("Método de management de Jesús"), de Bob Briner.

Estos dos volúmenes tienen un mensaje poco frecuente para la mayoría de los cristianos. No afirman que una empresa pueda cumplir una función sagrada, como ya ha sido dicho, sino que las lecciones del cristianismo pueden ser realmente aplicadas en el mundo de los negocios, y con resultados contantes y sonantes.

La visión del cristianismo que emerge de estas lecturas debe ser desconcertante para los teólogos, que explican la religión como una forma pura y limpia de comportarse ante la vida y el prójimo.

En ese sentido, llama la atención, por ejemplo, la lección que Briner extrae de la entrada de Jesús a Jerusalén al comienzo de la Pascua judía.

"Los nuevos productos deben introducirse en el momento más oportuno. Si es apropiado, vincúlelos a aniversarios importantes y fiestas públicas", sentencia el experto. En otras palabras, si Jesús vendió sus "mercancías espirituales" en Pascua, ¿por qué no intenta usted hacer lo mismo con sus mercancías materiales?

Pero, a veces, Briner mete la pata. Al recordar la Ultima Cena, aconseja a los ejecutivos que programen comidas de trabajo con sus colegas. Olvidó, nada menos, que esa velada bíblica fue la "última" porque uno de los "colegas" de Jesús traicionó a su maestro.

"Jesus C.E.O" es un poco menos embarazoso. El libro ofrece breves homilías para explicar que el mesías del cristianismo fue exitoso porque siguió ciertas prácticas empresariales que los gerentes ejecutivos deberían emular.

Jesucristo armó un buen equipo a su alrededor (los 12 apóstoles), les asignó tareas específicas y pudo preparar un banquete de bodas en Caná con una pequeña cantidad de pan y pescado. Jones sugiere que esos episodios revelan lecciones de las que Ross Perot y Donald Trump deberían aprender.

Muchos pueden pensar que la única finalidad de estos libros es brindar respaldo espiritual a los empresarios que día a día deben comportarse de acuerdo con la ambigua moral del capitalismo moderno.

Al menos una de estas nuevas ofertas editoriales, "Business as a Calling" ("La empresa como vocación"), de Michael Novak, intenta argumentar que incluso los más materialistas entre los grandes negocios tienen riqueza espiritual.

Novak, un ex diplomático que hoy forma parte del conservador Instituto Empresarial de Estados Unidos, es un peso pesado de los pensadores del mundo capitalista y despliega todo su talento para unir en matrimonio la religión con el vil metal.

El libro fue elogiado y calurosamente recomendado por el ex vicepresidente Dan Quaile ("excepcional y oportuno"). El autor agradece desde sus páginas al papa Juan Pablo II, por sus "17 años de amistad y liderazgo intelectual".

En un tono cuidadoso y mesurado, Novak afirma que los empresarios son, esencialmente, personas preocupadas por la moral. En ese sentido, informa que 35 por ciento de ellos asisten semanalmente a la iglesia, cuando solo nueve por ciento de los periodistas lo hacen.

Pero "aquéllos que gozaron algún tiempo de éxito material saben que no solo de pan vive el hombre", pues "desean más de lo que tienen", afirma.

A través de anécdotas de tiempos modernos y con miradas hacia las vidas de celebridades como el filántropo Andrew Carnegie, Novak intenta demostrar que el capitalismo tiene una finalidad moral que se manifiesta a través del crecimiento económico de la sociedad y la caridad de los empresarios.

Pero, a veces, sus argumentos se debilitan. Por ejemplo, cuando afirma que cualquier parecido entre el precepto de que "todos los hombres son creados iguales" y la equidad de los ingresos económicos es "una interpretación falsa, socialista y europea del credo estadounidense".

En ocasiones, su discurso se desbarranca. Novak afirma que la compañía petrolífera Unocal contribuye con la causa de los derechos humanos en Birmania, en cuyo territorio construye un gigantesco oleoducto, pues alienta así la apertura de la sociedad y el fin del aislamiento del país.

"Los valores con los que Unocal pide ser juzgada son elevados", agrega el autor, quien debe ignorar las declaraciones de la líder democrática birmana y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, pero admite que nunca estuvo en el país asiático ni conoce a los representantes de Unocal en ese país.

De cualquier manera, del abordaje más serio de Novak al más entretenido de Briner y Jones puede concluirse que el cocktail de religión y capitalismo liberal llegó para quedarse, por lo menos a las bibliotecas de los empresarios.

Y el cristianismo no es un límite. El Instituto Empresarial de Estados Unidos publicó, junto al libro de Novak, el punto de vista del islamismo conservador. Se trata de "A Muslim's Reflection on Democratic Capitalism" ("Una reflexión musulmana sobre el capitalismo democrático"), de Muhammad Abdul-Rauf.

Y no se pierdan, próximamente en su librería favorita, un tratado sobre capitalismo y Nirvana, aunque muchos crean que el Nirvana es el lugar donde, precisamente, nadie tendrá ocasión de toparse con esos temas. (FIN/IPS/tra-en/fah/mj/cr if/97

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