Filmar un largometraje en Uruguay es extraño, pero más lo es que éste sea rodado en 35 milímetros y que la protagonista sea una estrella del cine español, a la que acompañan actores locales con escasa experiencia.
Para que en Uruguay, un país sin industria cinematográfica formal, se diera este fenómeno, fue necesario que un laureado director de cortos publicitarios decidiera lanzarse a la aventura de dirigir "El Chevrolé", una historia con fuerte influencia surrealista.
Leonardo Ricagni ha realizado más de 40 trabajos publicitarios en América Latina, Europa y Estados Unidos y un trabajo suyo para promover al matutino local "El País" fue premiado como el mejor realizado en Uruguay en la última década.
Con un costo de 450.000 dólares, la película tiene como uno de sus objetivos insertar a Uruguay en el mundo internacional del cine al que nunca perteneció.
Es, comentó un crítico local, una apuesta "a jugar en las ligas mayores" con un resultado más que incierto, porque en el actual circuito internacional no sólo alcanza con producir, sino que también se requiere distribuir.
El principal punto de apoyo para esta intención es la estrella española Pastora Vega, con cuya presencia se prentede ingresar no sólo a España, sino también al mercado latinoamericano y eventualmente presentarse en el próximo festival de Cannes.
La película cuenta la historia de dos vagabundos que empujan la mitad de un viejo automóvil Chevrolet con el sueño de tener algún día uno real.
Uno de ellos, ex líder de una banda musical "psycho funk", acaba de salir de una injusta condena en prisión para reencontrarse con los integranes de su grupo.
En la prisión desarrolló facultades extrasensoriales y se transforma con ellas en postaestandarte de los problemas de los habitantes de su barrio.
Entre ellos se encuentra la protección de un santuario realigioso que es centro de intereses internacionales para la construcción de un hotel cinco estrellas.
Vega interpreta a Mireya, una ex amante del músico que se ha convertido en prostituta de lujo con fuerte influencia en las altas esferas.
Según Ricagni, la historia tiene rasgos "tarantinescos" (por el director estadounidense Quentin Tarantino) ya que incluye lavado de dinero, matones y "call girls".
Pero tambien "fellinescos"(por el italiano Federico Fellini), con ritos religiosos afrobrasileños, dijo Ricagni.
"Si se nos copiara un 0,5 por ciento de Pulp Fiction yo estaría feliz", comentó al insistir en su fuerte admiración por Tarantino.
La película pondrá un gran acento en la música, que contendrá un cóctel de candombe (ritmo afrouruguayo), funk, rap, acid jazz y jungle music londinense.
Aquí seguramente tallará fuerte otro de los actores, el cantante y músico uruguayo Ruben Rada, uno de los escasos mitos del mundo del espectáculo local, que reúne alto nivel vocal, humor y experiencia.
A Rada, estandarte de los negros uruguayos, se unirán otros exponentes del carnaval local, una manifestación artística con escasa proyección fuera de fronteras pero que reúne ritmo y color.
Vega dijo que aceptó filmar en Uruguay porque "aquí todo está por hacerse, con todo lo bueno y lo malo que eso tiene".
"Hay mucha gente joven y no tan joven con mucho talento, que me interesa mucho más que lo que pueda suceder en Europa, que es más o menos previsible", argumentó.
La actriz no es muy optimista con respecto a la distribución internacional de la película porque "es muy localista, pero a mí me gustaría que entrara a otros mercados".
Fundamentó su deseo en que "conocer otras maneras de hacer cine y compartir la competencia y convivir son cosas que enriquecen". (FIN/IPS/rr/dg/cr/97