ARGENTINA: Inédita protesta contra aumento de teléfonos

Bocinas, alarmas, gritos y golpes de cacerolas sonaron hoy en Argentina al tiempo que los teléfonos se quedaron mudos. Fue la forma ideada por la oposición y organismos de consumidores para protestar contra el aumento de tarifas.

La Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario, los dos principales partidos opositores, convocaron a la medida que, a su juicio, "fue un éxito" más por el ruido que produjo en las calles que por el silencio telefónico.

La protesta consistía en abstenerse de hacer y contestar llamadas entre las 12.45 y las 13.00 horas, y al mismo tiempo hacer ruido con los instrumentos que se tuvieran a mano, de manera de no restringir la manifestación a una actitud pasiva.

Algunos manifestantes se concentraron con tapas de cacerolas frente a las oficinas comerciales de las empresas de teléfonos, los automovilistas se sumaron a la protesta haciendo sonar las bocinas y los comercios con las alarmas.

La protesta fue la segunda de estas características que realiza la oposición. En septiembre llamó a un "apagón" eléctrico también con cacerolas y bocinas, en rechazo al ajuste económico.

Pero esta vez no se pudo medir el efecto en la interrupción del uso del servicio.

Los argentinos manifestaron así su repudio a un rebalanceo de las tarifas que prevé un aumento en el abono telefónico que va de 41 a 66 por ciento, al tiempo que elimina las llamadas gratuitas que antes incluía ese abono mínimo obligatorio.

El apagón se manifestó de distintas maneras en las ciudades del interior, luego que durante dos años se realizaran audiencias públicas de consumidores, funcionarios y representantes de las empresas en distintos puntos del país para evitar el "tarifazo".

Las protestas fueron contra Telefónica y Telecom, las companías que se repartieron el mercado argentino en 1990 cuando se privatizó el servicio, y lo retienen en forma cautiva hasta el año 2000, cuando se prevé que culmine el monopolio y se abra la competencia.

Las dos empresas -que ganaron más de 3.000 millones de dólares desde la privatización e invirtieron más de 6.000 millones- aumentaron además 33 por ciento el costo de las llamadas entre las 10.00 y las 13.00, la hora de mayor actividad.

Los incrementos, que se intentaban aplicar desde 1994, fueron una compensación por la rebaja en las tarifas de larga distancia para el interior del país y para las llamadas internacionales, que cayeron 54 y 70 por ciento respectivamente.

El gobierno avaló mediante un decreto presidencial el rebalanceo de tarifas. El viernes una jueza hizo lugar a una medida cautelar solicitada por el defensor del pueblo y pidió que queden sin efecto los incrementos.

Sin embargo, el triunfo de los consumidores fue breve. De inmediato, el gobierno anunció que apelará la medida judicial, y la sola apelación ya implica que las nuevas tarifas, que rigen desde el día 1, siguen vigentes.

Legisladores de la oposición advirtieron que los aumentos tienen un impacto negativo de entre 15 y 60 por ciento entre los usuarios, y representan una transferencia de 800 millones de dólares de los bolsillos particulares a las empresas telefónicas.

Los dirigentes de los organismos de consumidores señalan que la rebaja del precio de las llamadas internacionales debe mantenerse ya que en Argentina el costo de ese tipo de servicio es 400 por ciento más caro que en el promedio mundial.

Pero al mismo tiempo advirtieron que esa rebaja, que beneficia principalmente a las grandes empresas, no puede ser compensada por los usuarios particulares, que representan 90 por ciento del mercado telefónico. (FIN/IPS/mv/dg/if/97

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