/AMBIENTE/COLOMBIA: La forestacion marcha por el carril lento

Colombia es de los países de América Latina con mejores condiciones climáticas y geográficas para hacer de la forestación un importante renglón de su economía, pero esta actividad marcha por el carril lento en tanto la deforestación avanza a gran velocidad.

La actividad forestal viene siendo desarrollada por unas seis grandes empresas que utilizan la madera como materia prima y entre 100 y 200 pequeños reforestadores.

El principal obstáculo, consiste en que no se ha entendido la actividad como una alternativa ecológica y económica, pese a las ventajas comparativas con que cuenta el país, dijo el presidente de la Asociación Colombiana de Reforestadores (Acofore), Rodrigo Cid.

Estudios de Acofore indican que mientras en países tradicionalmente productores de madera se requieren cerca de 25 años para tener un árbol utilizable en la producción de pulpa, en Colombia necesita para entre 10 y 15 años.

Asimismo, un árbol para aserrío que en un país maderero como requiere Chile 30 años y 60 en Suecia, Finlandia, Estados Unidos o Canadá, en Colombia necesita sólo 20 años.

En cerca de tres década Brasil ha forestado 6,5 millones de hectáreas, Chile 1,8 millones, Argentina 600.000, Venezuela 500.000 y Uruguay 400.000. En el mismo lapso Colombia sólo ha plantado 130.000 hectáreas, frente a las 400.000 que se deforestan anualmente.

De estas 400.000 hectáreas se calcula que 200.000 son utilizadas para atender las necesidades de leña de la población campesina pobre. Otras 100.000 hectáreas son destruídas en los procesos de colonización agropecuaria y 100.000 son explotadas con fines comerciales para producción de madera.

Según el presidente de Acofore, estos paises que presentan una actividad reforestadora importante han logrado hacerlo porque contaron con planificación y programas de incentivos gubernamentales.

Estos estímulos son necesarios porque la forestación es una actividad a largo plazo, que requiere capital para mantenerse, pues el forestador sólo comienza a recoger los frutos a los 15 años de realizada la siembra.

Además, tanto en Chile como en Brasil las áreas forestadas eran extensas y estaban sin ninguna cobertura, por lo que los terrenos se obtuvieron con menos dificultades que en la zona andina colombiana, donde están repartidos en pequeñas fincas en las que ha sido más difícil negociar con sus propietarios.

Estos suelen preferir la ganadería, una actividad que produce mayor deterioro del suelo, pero les da utilidades más inmediatas.

Las cifras del Instituto Geográfico Agustín Codazzi indican que la superficie ocupada por los bosques comerciales no intervenidos es de 39,2 millones de hectáreas, equivalentes a 34,3 por ciento del total de las tierras del país, que en décadas pasadas fue bosque en sus tres cuartas partes.

Pese a que en Colombia algunas grandes empresas comenzaron a forestar hace más de 25 años, sólo en 1994 el sector privado comenzó a recibir un estímulo importante con la creación del Certificado de Incentivo Forestal (CIF).

El empresario Edgar Londoño, de Smurfit Cartón Colombia, dijo que el CIF ha sido un instrumento importante pero su aplicación resulta complicada, especialmente para los pequeños forestadores.

Por medio del CIF, el gobierno le reconoce a los reforestadores el 75 por ciento de los costos de establecimiento cuando se trata de especies nativas y en 50 por ciento para costos de mantenimiento del segundo al quinto año.

No obstante, para obtener el CIF el reforestador tiene que cumplir una serie de requisitos y trámites burocráticos que no lo hacen un instrumento ágil.

Además, no se cuenta con recursos suficientes para atender la gran demanda de proyectos que se han presentado. En 1996 se registraron solicitudes por 6.2 millones de dólares y los ingresos asignados llegaron a 3,3 millones.

"Para que la reforestación se desarrolle en el país se requiere un impulso económico muy fuerte", dijo Cid, quien indicó que la inversión se recupera también muy rápidamente, "como lo demuestra Chile, que está exportando 2.000 millones de dólares en recursos forestales".

Además de los beneficios económicos, el aprovechamiento que Colombia puede hacer de sus potencialidades en materia forestal le permitiría bajar el impacto de la contaminación ambiental, mejoraría la protección de cuencas y aumentaría el empleo de mano de obra no calificada. (FIN/IPS/yf/ag/if-en/97

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