general ubicadas en los trópicos, concluyó la organización Conservación Internacional (CI).
La áreas prioritarias ocupan menos de dos por ciento de la superficie de la Tierra, y son hábitat de casi 40 por ciento de las especies de plantas y más de 25 por ciento de las especies de animales.
El nuevo mapa permite concentrar y dirigir las inversiones para la conservaciíon ambiental con el fin de lograr el mayor impacto, dijo Russel Mittermeier, presidente de la CI.
Las 17 zonas se ubican en América Latina, el Caribe, el noreste del Mediterráneo, Africa, el sur y sudeste de Asia, el Pacífico Sur y Australia, y no incluyen las llamadas áreas silvestres relativamente no amenazadas por las actividades del hombre.
En conjunto, los sitios comprenden más de 50 por ciento de la biodiversidad de la Tierra.
Este enfoque de la conservación fue desarrollado esencialmente por Norman Myers, prominente ecologista británico que a fines de la década de 1980 propuso utilizar tres criterios para determinar las prioridades de cuidado de los ecosistemas.
Estos incluyen el número total de especies vasculares de plantas (aquellas con raíces y tallos) de la región, el número de las plantas endémicas (no encontradas en otro lugar), y el nivel de amenaza al ambiente planteado por el desarrollo humano.
Utilizando este enfoque, el Banco Mundial y otras agencias financieras asignaron millones de dólares en proyectos de conservación en áreas indicadas por Myers.
La CI espera que el nuevo mapa, dibujado con la colaboración de Myers, tenga un efecto similar. El mapa "puede ayudar a guiar las inversiones en lo que sin lugar a duda será la era más crítica para la vida en la Tierra", dijo Peter Seligmann, director de la CI.
Pero el enfoque tiene sus críticos. Algunos científicos se han quejado de que, haciendo del número de especies de plantas en peligro el principal criterio, el enfoque de las áreas tiende a favorecer a los trópicos a expensas de regiones menos estudiadas que tienen abundante biodiversidad.
Eric Dinerstein, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), destacó que en el pasado los encargados de diseñar las políticas ambientales creían que la biodiversidad era igual a las selvas tropicales húmedas de la Amazonia, pero ahora es necesario "cambiar la ecuación".
Además, asumir que las plantas son el mejor indicador de la diversidad de especies puede ser inocrrecto.
Deborah Jensen, científica de la Conservación de la Naturaleza, con sede en Viriginia, otro grupo independiente, ha dicho que las regiones con gran diversidad de anfibios e insectos a menudo son distintas de aquellas con gran diversidad de plantas.
Mientras intenta tener en cuenta algunas de estas críticas, el mapa de la CI está muy orientado a los trópicos.
En América, por ejemplo, las áreas incluyen las regiones de Cerado y Foresta Atlántica de Brasil, la de Darien y Chocó desde Panamá, pasando por Colombia y hasta el este de Ecuador, los Andes tropicales, las selvas de América Central y las Antillas.
Cada una de las áreas tiene al menos 2.500 especies de plantas vasculares y endémicas, o uno por ciento de la diversidad total conocida. El grado de amenaza se determinó por el porcentage (alrededor de 25 por ciento) de hábitat natural retenido en estado original.
CI indicó que prepara una lista de áreas de segundo grado, las cuales contienen altos niveles de especies de plantas endémicas. La lista incluirá áreas más templadas, incluyendo una zona que se extiende a lo largo de la costa del Pacífico, desde el sur de Oregon, atravesando California y la península de Baja California. (FIN/IPS/tra-en/jl/yjc/lp/en/97