La tasa de mortalidad infantil entre los refugiados aumentó a niveles alarmantes durante los últimos días en campamentos ubicados en Zaire Oriental, advirtieron hoy funcionarios del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Las causas principales de la mortalidad creciente son la desnutrición y las enfermedades derivadas, como diarrea y malaria. El médico Alphonse Toko, experto de UNICEF en la región, atribuyó la mortandad a la falta de alimentos.
El promedio normal era hasta la semana pasada de tres decesos diarios en el centro terapéutico de UNICEF en Tingi-Tingi, población ubicada a siete kilómetros de Lubutu. Pero en los últimos tres días la tasa de mortalidad creció de manera impresionante.
El lunes pasado se registraron 23 defunciones en el centro de Tingi-Tingi, de las cuales 12 correspondieron a niños menores de cinco años, precisó Marie Heuzé, jefa de la sección Comunicaciones de UNICEF en Ginebra.
El fenómeno se verifica en una zona que ha sido escenario desde octubre pasado de enfrentamientos entre tropas regulares de Zaire y rebeldes zaireños de origen tutsi.
En Kisangani, a 170 kilómetros al noroeste de Lubutu, se realizan preparativos militares para lanzar una contraofensiva contra los rebeldes, conocidos como "banyamulengues", que dominan una amplia franja al oriente de Zaire.
Peter Mc Dermott, subdirector de Operaciones de Emergencia de UNICEF, identificó a la militarización de la zona como uno de los impedimentos para llevar ayuda a la población afectada, aunque aclaró que en el área de Lubutu y Tingi-Tingi no se registran acciones bélicas por el momento.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) estimó que en la zona de Lubutu y Tingi-Tingi se alojan unas 120.000 personas entre refugiados hutus de la vecina Ruanda y desplazados internos del mismo Zaire.
En Amisi, un centro ubicado a 70 kilómetros al sudeste de Lubutu, residen 60.000 refugiados que soportan condiciones sanitarias similares, dijo UNICEF. La mayoría de las personas son mujeres y niños.
La crisis se extiende también a las poblaciones autóctonas del lugar, que soportan las mismas carencias de alimentos.
Mc Dermott aseguró que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y UNICEF realizan esfuerzos por abastecer a las zonas afectadas. Sin embargo, tropiezan con dificultades de acceso debido a la militarización de la zona de Kisangani y a la precariedad de las rutas de acceso y de los medios de transporte.
La única vía para acceder a Lubutu es una pista de aterrizaje de reducidas dimensiones en la que sólo pueden operar pequeños aviones.
Un DC3 carguero fletado por UNICEF y el PMA realiza tres vuelos diarios desde Kisangani con una tonelada de provisiones en cada uno. Pero ese volumen, indicó Mc Dermott, resulta insuficiente para cubrir las necesidades.
Las provisiones más requeridas son Unimix, un alimento rico en proteínas destinado a niños desnutridos, y Nutriset, una leche terapéutica, indicó UNICEF, que levantó siete centros sanitarios en Tingi-Tingi y dos en Amisi, que son atendidos por la organización Médecins du Monde.
Cada uno de esos centros puede prestar asistencia a 10.000 personas.
En otro establecimiento sanitario de emergencia, instalado 12 kilómetros al norte de Amisi, en la ruta hacia Tingi-Tingi, se distribuyen galletas con alto contenido de proteínas y se prestan servicios de rehidratación y primeros auxilios a personas necesitadas.
Heuzé indicó que "sin caer en catastrofismo ni en alarmismo" UNICEF pretendía alertar a la opinión internacional y a los donantes sobre las condiciones sanitarias "extremadamente malas" de la región.
Los datos recogidos por UNICEF en esa zona oriental de Zaire "son señales de una situación que amenaza con agravarse aún más", dijo la portavoz. (FIN/IPS/pc/ag/pr-he/97