URUGUAY: Sindicatos debaten eficacia de paros generales

Los sindicatos de Uruguay, uno de los países con mayor conflictividad laboral en el mundo, comenzaron a plantearse la eficacia de los paros generales.

Una medida de ese tipo está prevista para el próximo martes, a iniciativa de la central única de trabajadores PIT-CNT, en solidaridad con el sindicato de la empresa Gaseba, filial de Gaz de France que monopoliza el suministro de gas por cañerías.

Durante la votación del paaro general se registró la abstención de varios sindicatos poderosos, como los de empleados de comercio, de la empresa monopólica de suministro de fluído eléctrico, de los metalúrgicos y los bancarios.

A fines de 1996, la compañía francesa que asumió el control de la ex empresa estatal despidió a 33 empleados, entre los cuales se encuentran los principales dirigentes del combativo sindicato de Gaseba, que exige dejar sin efecto todos los despidos.

Para su decisión, Gaseba argumentó que al culminar el ejercicio 1996 registró un déficit de dos millones de dólares que la forzó a una reestructura.

Según el sindicato de la empresa los despidos tuvieron como exclusivo fin eliminar a sus principales dirigentes. Pese a los variados caminos explorados hasta el momento, las negociaciones no prosperaron y el PIT-CNT decidió el paro general para el martes.

El PIT-CNT se ha visto envuelto en los últimos años en duros enfrentamientos internos, que traducen a nivel sindical los debates entre las distintas corrientes de la izquierda.

Durante décadas los comunistas ejercieron hegemonía sobre los sindicatos, pero a partir de 1990 tendencias radicales comenzaron a pesra de manera más decisiva en la estructura de poder del PIT- CNT.

"Hemos caído en la mala costumbre de convocar a un paro general como si tomáramos una taza de té a las cinco de la tarde", dijo el dirigente bancario Juan Ramos, del ala moderada de la central sindical.

"El paro general debe ser -y lo es en las sociedades democráticas- la última medida que realice el movimiento sindical, o una de las últimas y de las más fuertes, por la cual su solo anuncio hace temblar las estructuras políticas de un país y las pone muy nerviosas", estimó.

Según un estudio del Centro de Estudio y Asesoramiento Laborales y Sociales (Ceals), una organización independiente, Uruguay es uno de los países con mayor cantidad de conflictos laborales en el planeta.

En 1996 se registraron 219 conflictos sectoriales y cuatro paros generales. Los primeros generaron la pérdida de 5.506.408 horas-hombre y los paros generales cuatro millones, en un país de 3,1 millones de habitantes y 1,1 millones de activos.

Pese a que en 1996 se produjo una reducción de conflictos de 25 por ciento con relación a 1995 y de 14 por ciento respecto a 1994, Ceals advierte que la tendencia a la conflictividad se mantiene.

La Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (Aebu), a la que pertenece Ramos, parece haber advertido esa situación y desde un lugar privilegiado abonado por su elevado número de afiliados y su solidez económica comenzó a cuestionar las convocatorias a paros generales.

Durante una reunión celebrada este miércoles, los bancarios expresaron su reticencia al paro general del díaa 14 y decidieron plantear una revisión de la medida, aunque consideran que igualmente la huelga se concretará.

Pero los bancarios son conscientes de que el éxito de un paro en Uruguay depende básicamente de dos gremios: el de los bancarios y el del transporte.

Durante un programa radial, Edgardo Clavijo, dirigente de los transportistas, pareció coincidir con los argumentos de Ramos, al argumentar que hay paros a los que se convoca "para dejar contentos" a los gremios en conflicto "y eso no sirve para nada".

El dirigente precisó que el paro general tiene la utilidad "de que los compañeros sientan que se los está apoyando, pero en el peso concreto de la negociación no sirve porque después del paro de 24 horas no hay nada más".

La posición del sindicato de Gaseba, a casi un mes de iniciado el conflicto, se mantiene firme.

"Los trabajadores no vamos a levantar la mano para apropbar propuesta alguna que contenga ni un solo despido. No vamos a ceder hasta lograr el reintegro de la totalidad de los compañeros", dijo el dirigente Miguel Vela.

La empresa también sigue en una posición dura. Uno de sus jerarcas, al ser consultado sobre el conflicto, se limitó a preguntar "¿qué conflicto?".

Los sindicalistas están considerando que una delegación de sus afiliados viaje a Francia para reunirse con su similar de ese páis con el propósito de coordinar medidas conjuntas destinadas a "sensibilizar" a la dirección de Gaz de France. (FIN/IPS/rr/dg/ip-lb/97

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