El gobierno de Trinidad y Tobago, bombardeado por las protestas contra la proyectada introducción de los casinos, decidió postergar la decisión de llenar sus arcas mediante los juegos de azar.
Patrick Manning, ex primer ministro y actual líder de la oposición, calificó la instalación de casinos como una virtual invitación "al mundo del hampa" y sostiene inflexiblemente que la idea propuesta no constituye un medio adecuado para aumentar el ingreso de divisas.
"Las mismas ventajas que influenciaron la visión del Movimiento Nacional del Pueblo sobre un centro comercial y financiero podrían ser aprovechadas por la coalición de gobierno para convertir al país en la capital de lavado de dinero del Caribe", advirtió Manning.
Para el director de Caribbean Muslim Standard, Imtiaz Ali, el problema radica en que el gobierno no consultó a la ciudadanía antes de modificar la legislación nacional sobre juegos y apuestas para poder instalar casinos.
"Quizá debamos recordarle al señor (primer ministro Basdeo) Panday su larga época de opositor, cuando exigía la celebración de referendos sobre prácticamente todos los asuntos", dijo Ali.
Por otra parte Sat Maharaj, director de Sanatan Dharma Maha Sabha, la mayor organización hindú del país, opinó que "la introducción de los casinos es sólo un paso más hacia la aceptación nacional de los juegos de azar".
Maharaj posee una agencia de un juego de apuestas administrado por el Estado, denominado "Play Whe". El juego se originó en otro, anteriormente ilegal, que asociaba números con sueños, y fue introducido en 1994 por el gobierno de Manning.
Actualmente existen cuatro juegos de azar administrados por el Estado: la lotería nacional, Play Whe, Lotto y Pick Two.
La Administración Nacional de Loterías, que administra los cuatro juegos, obtuvo 160 millones de dólares en 1996, frente a 198 millones en 1995, y este año pretende aumentar sus ganancias en 15 millones de dólares.
Para la coalición de gobierno encabezada por Panday, los casinos significarían la construcción de nuevos hoteles en la pintoresca costa norte de Trinidad y Tobago, así como un aumento en las fuentes de empleo y el ingreso de divisas.
"Nuestro objetivo consiste en atraer turistas ricos de Europa y América del Norte, que no vean los casinos como una estructura exótica del pasado, sino como una diversión", explicó Brian Kuei Tung, ministro de Finanzas.
Al promover su plan de introducción de los casinos, el gobierno destacó el éxito logrado por ese medio en otros países del Caribe como Antigua, Bahamas, Antillas Holandesas, Aruba y Venezuela.
Sin embargo, señala Manning, otras islas como Barbados, Santa Lucía y Jamaica obtienen anualmente millones de dólares de su industria turística sin la ayuda de los casinos. (FIN/IPS/tra-en/wg/cb/ml/if-ip/97