Quizá Taiwan se sienta aliviada luego de que Corea del Norte aceptó recibir sus residuos radiactivos, pero la furia que provocó el acuerdo es un llamado de alerta para los países que dependen de la energía nuclear.
Para Taiwan, el espacio terrestre es tan escaso como poderosa es su economía. Ese poder fue lo que abrió la puerta de Corea del Norte para la entrada de los desechos. Taipei decidió negociar con Pyongyang aun a riesgo de malquistarse con Estados Unidos, su principal aliado en la arena internacional.
Al mismo tiempo, el hecho provocó un aumento de la presión de grupos de acción ciudadana y ambientalistas sobre los gobiernos de países que podrían acceder a recibir residuos nucleares a cambio de dinero.
Pero los países en desarrollo, tradicionalmente basureros de los desechos radiactivos de las naciones industrializadas, cada día se resisten más a aceptar residuos peligrosos por mejor que sea la paga.
Ambientalistas y políticos opositores de Taiwan afirman que la única solución para el problema de los desechos nucleares es un rediseño completo de las políticas energéticas del país.
El acuerdo anunciado a comienzos de mes implica que la empresa estatal de generación de energía de Taiwan, Taipower, arrojará unos 200.000 barriles de residuos en un depósito aún no construido en la isla de Gurrop, al sudoeste de Corea del Norte.
El aporte económico de Taipei a Piongyang no fue revelado.
Corea del Sur, a través de su ministro de Relaciones Exteriores, Yoo Chong Ha, ya elevó una vehemente protesta a Taiwan sobre el acuerdo, al que se opondrá a través de "mecanismos económicos y políticos".
La fuerte declaración de Seúl causó sorpresa en Taipei, pero su efecto político es reducido pues Corea del Sur cortó sus relaciones diplomáticas con Taiwan en 1991 para establecerlas con China, que considera a la isla una provincia renegada.
Corea del Sur considera que la contaminación nuclear de Corea del Norte es un problema propio, pues deberá soportarla en caso de una esperada reunificación del país.
Pero Seúl también cree que el dinero que Taipei entregará a Pyongyang dará impulso al régimen comunista y constituirá, por lo tanto, un nuevo obstáculo en las negociaciones de un nuevo tratado de paz en la península.
El gobierno de Taiwan restó importancia a las protestas en Corea del Sur, pero está preocupada por la reacción de Estados Unidos, que, hasta ahora, fue limitada, aunque podría aumentar por la presión de Seúl.
"Corea del Sur vendió un reactor de agua liviana a Corea del Norte, y por esa razón, entre otras, no debemos esperar una reacción fuerte de Washington", sostuvo Liu Sang-liang, presidente del Comité de Defensa del parlamento de Taiwan y dirigente del gobernante Kuomintang (KMT).
"Corea del Norte tiene experiencia en el manejo de residuos nucleares porque ella misma es una potencia nuclear", agregó Liu.
Edward Chen, legislador del opositor Nuevo Partido, advirtió, en cambio, que "Corea del Sur podría presionar a Estados Unidos y Estados Unidos podría presionar a Taiwan", lo cual "generará repercusiones y controversias internacionales".
"La decisión del gobierno tiene varios propósitos. Uno de ellos es desarrollar relaciones con Corea del Norte para que nos respalde ante Naciones Unidas (que reconoce a China y no a Taiwan). Pero podríamos desarrollar esos vínculos por otros medios", agregó Chen.
Por el contrario, Liu manifestó que las razones del acuerdo eran puramente pragmáticas, a la vista de "la escasez de la tierra en Taiwan".
"Tenemos tres plantas de energía y debemos hacer algo con los desechos. Ya hemos arrojado 90.000 barriles Lanyu (isla perteneciente a Taiwan). Necesitamos con urgencia otro lugar, y lejos de áreas pobladas. Esas son las reglas internacionales", explicó Liu.
Grupos nativos de Lanyu, que ha sido utilizada como basurero nuclear desde la década del 80, han manifestado fuertes críticas a la política de generación de energía y deposición de residuos implementada por el gobierno.
"Ahora pagarán para mandar los desechos a un país más empobrecido y con gente menos organizada", se lamentó Si-Maraos, ex extudiante de Medicina e integrante de la tribu Dawu, en Lanyu.
El gobierno prometió que retirará los barriles de basura radiactiva de Lanyu antes del 2002, pero los residentes de la isla, ubicada en el extremo sur de Taiwan, tienen poca confianza en que las autoridades cumplan su palabra.
"Taipower y el KMT nos mintieron. Aseguraron que el almacenamiento de residuos nucleares era temporario y nos ofrecieron oportunidades económicas y empleos. Dijeron que podrían construir una planta procesadora de pescado y un puerto militar. Eso fue hace 14 años", se lamentó Si-Maraos.
El activista afirmó que la incidencia de leucemia aumentó drásticamente entre los 5.000 integrantes de la etnia dawu que residen en Lanyu, pero los registros médicos oficiales al respecto, especialmente los de trabajadores de Taipower, son mantenidos en secreto por Taipei.
En junio, un cargamento de barriles con el cartel "altísima radiación" fue obligado a retornar a Taiwan luego de que los dawu rodearon la embarcación con sus canoas.
Esa decidió al gobierno a mirar hacia el exterior e iniciar conversaciones con representantes de Rusia, China, las islas Marshal (administradas por Estados Unidos) e incluso Australia, con la finalidad de instalar otro basurero nuclear.
"El gobierno cree que con dinero puede hacer cualquier cosa. A nosotros nos ofrecieron, pero no lo quisimos. El uso del dinero es otra forma de opresión. Si lo recibiéramos, lo pagaríamos más tarde", dijo Si-Maraos.
Los dawu reclaman a Taipei que deje de construir centrales de energía nuclear. "Nuestra lengua no tiene una palabra para denominar la basura radiactiva. La llamamos 'anito' (mal), o, directamente, 'veneno"', sostuvo.
El médico radiólogo y legislador opositor Arthur Ding manifestó que el problema de la energía nuclear "se relaciona con la eficiencia industrial", porque las empresas taiwanesas, afirmó, "derrochan la electricidad".
"La energía nuclear es una industria en decadencia en países como Estados Unidos. Taiwan debería darse cuenta de eso y planificar mejor el futuro", concluyó Chen. (FIN/IPS/tra- en/yoj/cpg/mj/en ip/97