Sólo quedan en pie 20 por ciento de los bosques de Tailandia, mientras la FAO ejecuta un programa de recuperación con la participación comunitaria y de sanadores tradicionales, quienes temen la desaparición completa de las plantas y árboles de los que se extraen sus medicinas.
Grupos ambientalistas responsabilizan al gobierno de iniciar proyectos de desarrollo en áreas forestadas, provocando la destrucción acelerada de los bosques.
La última tienda que produce y vende medicinas tradicionales tailandesas y chinas en Bangkok está a cargo de Apinya Vejpongsa. Durante 80 años, ella y su familia se abastecieron de los recursos naturales para los ingredientes de las medicinas que almacenan.
Pero cada vez más su familia se pregunta cómo obtendrá la fuente de sus productos, al advertir el ritmo al que desaparecen los bosques de Tailandia.
Para Vejpongsa y su tienda, registrada en el Ministerio de Salud Pública como comercio de medicinas tradicionales, la situación no podía ser peor.
Los ingredientes para las medicinas, de los cuales la familia llegó a almacenar más de 50.000 a partir de plantas y especies animales, cada vez son más escasos, o ya no se encuentran,
"Tenemos que cultivar algunas hierbas nosotros mismos. Si la falta de hierbas se hace problemática, deberemos volcarnos a China como proveedor", dijo la anciana.
El representante regional en Asia-Pacífico de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Obaidullah A.Z.M. Khan, sostiene que los países ricos en biodiversidad de Asia necesitan conocimiento local y nueva tecnología para el desarrollo de la producción de alimentos.
A la vez, destaca, deben proteger adecuadamente los recursos naturales de cada país. La FAO inició un proyecto piloto entre villas que rodean el Santurario de Vida Silvestre Khao Ang Rue, en la provincia central de Chachengsao, un área con los bosques conocidos como los mejores abastecedores de hierbas del continente.
Evidencias históricas revelan que el área fue un centro herbario entre 200 y 300 años atrás. Algunas especies raras con cualidades medicinales, como la Aquilaria Crassna, se encuentran en ese bosque.
El proyecto de FAO, "Ecodesarrollo de una zona de protección", fue creado para cubrir la necesidad de conservar los recursos involucrando a las comunidades que viven junto a los bosques.
La idea es aceptar la presencia de comunidades que viven en los bosques sin utilizar acción policial para restringir el acceso a los recursos. A los pobladores se les permite recolectar los frutos y plantas del bosque y luego venderlos.
Cuando los frutos son abundantes y los hongos crecen, entre abril y julio, las mujeres, el grupo más importante del proyecto de la FAO, logran hacer más dinero.
Se estima que los habitantes del área generan un ingreso promedio de unos 165 dólares por vivienda por productos del bosque, lo cual equivale a 15 por ciento del ingreso promedio de su producción granjera.
La idea de un área de protección fue adoptada por el gobierno como precondición esencial para la conservación de santuarios de vida silvestre amenazados en Tailandia.
La FAO también sugiere una estrategia para agrupar a las comunidades. "Una asociación de productores de pequeños grupos podría recibir una licencia de explotación. Un acuerdo de este tipo también serviría de base al crédito para el desarrollo empresarial a través del Banco Agrícola nacional", dice el informe.
El plan se extenderá a Camboya, con la intención de ayudar a las comunidades donde se han perdido bosques, informó Khan. (FIN/IPS/tra-en/pd/ral/lp/he-en-dv/97