La aparición de microorganismos invulnerables a la acción de agentes antimicrobianos y de antibióticos se presenta como uno de los nuevos problemas sanitarios en este fin de siglo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que uno de los casos más serios para la salud pública es el surgimiento, en el actual decenio, de ciertas cepas de salmonella resistentes a una amplia gama de antibióticos.
La incidencia de la resistencia bacteriana aumentó en general de manera alarmante en los últimos años y se espera que siga creciendo a un ritmo similar o aún superior favorecida por la pérdida de eficacia de los agentes antimicrobianos y de los antibióticos, indicó la OMS.
En el caso de la salmonella, a lo largo de los años se han desarrollado cepas resistentes a los antibióticos y difíciles de controlar, que la literatura científica relaciona con el empleo de antibióticos en la cría intensiva de animales para consumo.
El aumento de los casos de salmonella humana ha sido espectacular en los últimos años. En algunos países se llegó en la actualidad a decuplicar el número con relación a las estadísticas de 1980.
De unos 2.213 cepas conocidas de salmonella, las más resistentes a los antimicrobianos son las de los serotipos de "Salmonella typhimurium" y "Salmonella enteriditis".
En especial, indicó la OMS, la salmonella typhymurium amenaza con convertirse en un grave problema sanitario mundial.
En los humanos, la salmonellosis se contrae especialmente a través del consumo de alimentos de origen animal contaminados en estado crudo o con cocción insuficiente. Los alimentos pueden ser carnes, aves, huevos y leche.
El agente causal pasa a través de la cadena alimenticia a partir de la producción primaria o a través de contaminación cruzada con alimentos ingeridos en los hogares, en restaurantes públicos o inclusive en instituciones como los hospitales.
La transmisión persona a persona es infrecuente en los países desarrollados, pero puede verificarse, en particular en centros de atención a infantes y a ancianos.
La OMS admitió que es poco lo que se conoce de la epidemiología en los países en desarrollo, pero dispone de datos que confirman la existencia de modalidades de transmisión parecidas, en hospitales y centros sanitarios.
La evolución clínica de la salmonellosis humana se caracteriza por la aparición de fiebre elevada, de dolores abdominales, diarrea, náusea y a veces vómitos.
En algunos casos, sobre todo en menores y ancianos, la deshidratación se vuelve aguda y amenaza la vida del paciente.
El tratamiento con antibióticos es recomendable sólo en un dos por ciento de los casos. Las complicaciones graves aparecen únicamente en una mínima proporción.
Los estudios realizados en países desarrollados indican que más de 80 por ciento de los casos son individuales.
En Estados Unidos se calculó que la enfermedad ocasiona un costo de unos 4.000 millones de dólares anuales. A su vez, la Federación Británica de Alimentos y Bebidas estimó en 1.600 millones de dólares las pérdidas anuales en el Reino Unido.
La primera cepa de salmonella fue descubierta en 1885 por el veterinario estadounidense Daniel E. Salmon. Un siglo después, en 1988, se aisló la variedad "Salmonella Typhimurium" DT 104 que presentó características de resistencia a numerosos fármacos.
La DT 104 fue aislada, en Inglaterra y Gales, en aves, ovejas, cerdos y caballos. En los primeros tiempos se la atacó en los animales con terapias antimicrobianas intensivas.
Como consecuencia, la evolución hacia una cepa resistente a los antibióticos comunes dificultó la lucha contra la bacteria en los animales. La OMS estimó que el problema de salud veterinaria perdurará aún cierto tiempo.
Para complicar el panorama, una variante de la "Salmonella Typhimurium", conocida como ACSSuT-tipo R, desarrolló una resistencia múltiple a los fármacos como parte integral de su material genético.
A diferencia de otras cepas de salmonella, la variedad de múltiple resistencia probablemente conservará sus genes con cualidades de resistencia a los fármacos aún cuando se detenga el empleo de antibacterias.
Para enfrentar a la salmonella de múltiple resistencia se aconseja disminuir las infecciones entren los animales destinados al consumo y la reducción de los riesgos de contaminación en todas las etapas de la cadena de producción alimentaria.
La OMS previno que debe evitarse el suministro de antibióticos a los animales cuando no son necesarios. (FIN/IPS/pc/dg/he/97