Los cooperantes españoles asesinados el sábado en Ruanda fueron víctimas del gobierno ruandés y de intrigas de Estados Unidos y Gran Bretaña, aseguró el hermano del médico Manuel Madrazo, uno de los tres muertos.
Fernando Madrazo, que basa sus afirmaciones en confidencias de su hermano, cree que la condición de la zona de los Grandes Lagos de Africa de frontera entre las influencias anglófona y francófona aumenta el riesgo de los cooperantes en Ruanda.
En un artículo publicado este viernes en el matutino madrileño El Mundo, Madrazo precisa que esas influencias son las de Estados Unidos y Gran Bretaña por un lado, y Francia y Bélgica por el otro.
Sobre los hechos, subraya que en el lugar del crimen había cuatro cooperantes: tres españoles y un estadounidense. El último estaba a cargo de la administración del dinero donado por la oficina en Estados Unidos de la organización internacional Médicos del Mundo, a cuya sección española pertenecían los tres asesinados.
Los atacantes les pidieron los pasaportes, mataron a Manuel Madrazo, María Flors Sirera y José María Valtueña, los tres españoles e hirieron en una pierna al estadounidense, añade.
Madrazo recuerda que su hermano fue testigo de la expulsión de Ruanda de las organizaciones no gubernamentales (ONG) francesas, dispuesta en 1996. Un ministro ruandés comunicó a esos grupos que debían abandonar el país, donde sólo se permitiría la presencia de la Cruz Roja y dos ONG anglófonas, según la versión de Manuel Madrazo.
Manuel llegó en diciembre a su casa enfermo y desilusionado, ya que el gobierno de Ruanda rechazaba todos los proyectos que su grupo presentaba. De pronto, apareció financiación estadounidense, con un administrador de la misma nacionalidad, y el gobierno ruandés autorizó el proyecto.
Por testimonios de otras ONG, Madrazo sostiene que la zona de Gatonde, donde se perpetró el asesinato, estaba muy vigilada por soldados ruandeses y que era poco propicia para la actividad de bandas armadas incontroladas.
El hermano del asesinado subraya que, después de matar a los españoles y dejar herido a un norteamericano, "es un diplomático estadounidense el que dice que ha sido una banda de 'interhamwes', que ha sido una ejecución y que los rebeldes armados hutus quieren aterrorizar a la población".
Madrazo considera falsa esa versión y que los asesinados y el herido cayeron en una trampa mortal, "quizás sugerida por una famosa Agencia Central de la barbarie, que defiende la influencia anglófona en la zona de los Grandes Lagos".
"Al jefe de la partida le debió parecer demasiado matar a un estadounidense", sugiere.
Agrega que la policía ruandesa "descubre en 48 horas a los asesinos", y se pregunta: "¿De verdad un interahamwe o ex militar hutu dejaría vivo al (norte) americano? ¿Dejaría vivo a uno del país que ayuda a sus enemigos tutsis?".
Tras esa reflexión, afirma: "El gobierno ruandés ha matado a Manuel, Flors y Luis para echar a las ONG de su país".
Así mismo, se adelanta a una posible objeción: "¿No podían negarles el permiso para cooperar?". Responde, tajante: "No, porque pondría en peligro la afluencia de ayuda internacional que ellos (el gobierno) pretenden gestionar. Es mejor ejecutar a unos pocos españoles altruistas e ilusionados para aterrorizarlos a todos y que se vayan".
De esa manera, prosigue, la gestión de la ayuda internacional recaería necesariamente en manos del gobierno ruandés.
Los sospechosos detenidos por el asesinato de los tres cooperantes españoles fueron muertos en una prisión por soldados ruandeses, según informaciones provenientes de Kigali que este viernes recoge la prensa española. (FIN/IPS/td/ff/hd/97
