/REPETICION/ VIETNAM: Empresas sudcoreanas no solo enfrentan huelgas en Seúl

Las compañías de Corea del Sur no solo sienten el impacto de las huelgas dentro de ese país. En Ciudad Ho Chi Minh, en el sur de la comunista Vietnam, los trabajadores protestan por las condiciones laborales en empresas sudcoreanas.

Los trabajadores industriales vietnamitas realizan desde hace mucho tiempo protestas por bajos salarios, retrasos en los pagos y malas condiciones laborales en fábricas que son propiedad total o parcial de extranjeros, especialmente de Corea del Sur y Taiwan.

En los primeros diez días de 1997, las medidas golpearon a cinco fábricas de Ciudad Ho Chi Minh y sus alrededores, la principal zona económica de Vietnam. Las mayores protestas se produjeron en la fábrica Inyen Vina, de propietarios coreanos.

Unos 140 trabajadores en huelga se negaron a regresar a sus puestos hasta que el director coreano de la firma, Kim Chu Bok, les asegurara que se les pagaría los premios anuales y que firmarían contratos el 31 de enero.

Los organizadores de la protesta recibieron el respaldo del Departamento de Trabajo de Ciudad Ho Chi Minh, el cual estableció que los premios anuales deben abonarse al menos dos semanas antes de las festividades del Año Nuevo lunar vietnamita, que comienzan el 7 de febrero.

Funcionarios locales se manifestaron preocupados de que los empleados de empresas extranjeras no fueran representados por sindicatos. Apenas la sexta parte de los trabajadores vietnamitas del sector privado pertenece en la actualidad a este tipo de organizaciones.

En Corea del Sur, donde se registra una huelga hace casi un mes en protesta por las nuevas leyes que facilitan los despidos, la actividad sindical es restringida.

Las empresas surcoreanas que operan en Vietnam desde que el país comunista abrió su economía a la inversión extranjera a fines de la década del 80 son las que registran los conflictos laborales más graves.

El año pasado, Jang Mi Baek, gerenta de la fábrica de calzado Sam Yang, cerca de Ciudad Ho Chi Minh, montó en cólera cuando descubrió que los trabajadores desechaban material sin usar, en violación de normas de la compañía.

Jang puso en fila a 15 supervisores y golpeó a cada uno en la cabeza con un zapato sin terminar. Dos de los trabajadores debieron ser internados en un hospital. Los casi 1.000 trabajadores de la fábrica se declararon en huelga.

Mientras tanto, la gerenta justificó su acción, pues, dijo, "no era gran cosa".

La empresa le ordenó que pidiera disculpas a los trabajadores, lo que hizo en medio de un mar de llanto. De cualquier manera, las autoridades de Ciudad Ho Chi Minh la acusaron ante la justicia.

Jang fue declarada culpable de asalto físico, con una condena en suspenso de tres meses de cárcel. Entonces, fue deportada a Corea del Sur.

Desde ese episodio, que provocó un gran malestar público, las autoridades de Vietnam comenzaron a respaldar los reclamos de los trabajadores de empresas de propiedad extranjera.

Además de aumentar el salario mínimo, el gobierno anunció que alentará la sindicalización de los trabajadores del sector privado, otra decisión impopular ante los inversionistas extranjeros, que desembarcan en Vietnam para aprovechar los bajos costos laborales.

Las autoridades de la ciudad Ho Chi Minh propusieron a principios de este mes al Ministerio de Trabajo aumentar la retribución de los empleados vietnamitas de compañías de capital extranjero y asegurarles una paga fija.

Más de 1.100 oficinas de representación de empresas del exterior estaban radicadas a fines de 1996 en el país y empleaban a unas 4.400 personas, dos tercios de las cuales eran vietnamitas. El salario mensual promedio suma en Vietnam 255 dólares.

Pero los obreros industriales no calificados que se desempeñan en compañías extranjeras o mixtas en Hanoi y ciudad Ho Chi Minh sólo perciben el salario mínimo, que hace seis meses fue aumentado de 35 a 45 dólares por mes.

A pesar de su bajo nivel, esa paga supera el sueldo de la mayoría de los 3.164 empleados municipales de ciudad Ho Chi Minh, que cobran entre 18 y 39 dólares por mes.

Mientras tanto, la industria nacional paga a sus obreros 13 dólares mensuales, incluso después del incremento del salario mínimo.

Diplomáticos acreditados en Hanoi advirtieron que el propósito del gobierno de lograr una mejora del salario de los trabajadores de compañías extranjeras puede desalentar a los inversionistas, especialmente a los que mantienen intereses en industrias de mano de obra intensiva, como el sector del vestido.

Algunos gerentes extranjeros han destacado que el trabajo no mejora como los salarios. Pero el gobierno está sometido a presión pública en defensa de los trabajadores, especialmente después del incidente que protagonizó la gerenta Jang el año pasado.

Desde entonces, el Sindicato de Trabajadores de Vietnam impulsa leyes que permitan a las autoridades el derecho a retirar las licencias de empresas extranjeras que sean halladas culpables de abusos reiterados contra trabajadores locales.

La fuerte reacción contra este tipo de acciones se entronca con las batallas por la independencia contra Francia y la guerra de Vietnam (1954-1975), que concluyó cuando los comunistas del norte obligaron a las fuerzas de Estados Unidos a retirarse del país.

Ahora, las autoridades parecen estar en guerra contra los países de rápido crecimiento económico del sudeste de Asia. (FIN/IPS/tra-en/sb/cpg/mj-ff/lb/96

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