PERU: Toma de embajada genera miniboom turístico

Los casi 600 periodistas extranjeros llegados en los últimos días a esta capital para cubrir la toma de rehenes en la embajada de Japón han gastado en Perú más de 2,5 millones de dólares, según cálculos efectuados por el matutino 'El Comercio".

Esa cantidad equivale a lo que gastarían 50.000 turistas en un día, de acuerdo con los estimados oficiales de las expensas turísticas en este país: 58,3 dolares diarios.

El 17 de diciembre una veintena de militantes del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru tomó la embajada japonesa en Lima en momentos en que se realizaba una recepción diplomática y apresó a unos 600 invitados, de los cuales retiene en este momento a 74 en calidad de rehenes.

Según la Unidad de Investigacion de "El Comercio", el diario más reputado e influyente de Perú, los gastos de sólo seis de los 105 medios que han acreditado personal adicional desde esa fecha ascienden a 1.200.000 dólares.

Tres cadenas de televisión, dos japonesas y una mundial con sede en Estados Unidos, han gastado en Lima desde el 17 de diciembre unos 900.000 dólares.

Con menores gastos pero a bastante distancia de los otros medios figuran una radio británica, un diario japonés y una agencia informativa cablegráfica estadounidense, que en conjunbto han erogado alrededor de 300.000 dólares.

El alojamiento en los hoteles de cinco estrellas en el elegante distrito de San Isidro, en donde se encuentra la residencia del embajador japonés, está totalmente agotado por la masiva presencia de los corresponsales.

También se beneficiaron de este "boom" los propietarios de casas vecinas, que las han alquilado por cifras mayores a 15.000 dolares mensuales para que sean utilizadas como centrales técnicas de edición y transmisión y base de operaciones de los medios de prensa.

El gobierno cortó la energía eléctrica en el barrio con el probable propósito de desgastar a los secuestradores, pero los periodistas han traído o adquirido grupos electrógenos.

Casi todas las ventanas con vista a la embajada en los elevados edificios vecinos han sido alquiladas a camarógrafos que montan guardia permanente, a la espera de un incidente espectacular que justifique los gastos de su empresa, como podría ser el intento de un rescate militar de los rehenes.

Las tarifas por ventana o azotea con vista a la embajada fluctúan entre mil y 2.000 dolares, y la mayoría de los camarógrafos posee equipos provistos de visores infrarrojos, capaces de filmar el asalto a la embajada aunque éste ocurriera de noche.

Solamente la propietaria de una casa de dos plantas contigua a la embajada rehúsa alquilar su azotea a los periodistas y deja permanecer allí gratuitamente a 18 reporteros desde el primer día.

Pero esos reporteros, en su mayor parte de diarios y televisiones locales, son también rehenes, en el techo, pues la policía les advirtió que ninguno podrá retornar si sale, de modo que duermen en bolsas, viven bajo sombrillas y sus compañeros les arrojan desde la calle comida, ropa y rollos fotográficos.

Igualmente a la espera de los acontecimientos, centenares de periodistas viven en las aceras y jardines de las calles vecinas y, después de una enérgica protesta de los vecinos, el municipio de San Isidro instaló para ellos servicios higiénicos portátiles.

También las estaciones de televisión peruanas están haciendo excelentes negocios, no sólo por la audiencia local cautiva sino porque venden el derecho a utilizar su señal a cadenas extranjeras.

El mercado local de camarógrafos ha subido considerablenmente y se paga 300 dólares por cada turno de 12 horas para reforzar la vigilancia, suma que se eleva a 500 dólares si el contratado posee su propio equipo (se exige una Betacam). (FIN/IPS/al/dg/cr-ip/97

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