El grupo guerrillero que retiene a 74 rehenes en la residencia del embajador de Japón en Perú cerró la puerta en la cara al representante del gobierno de Alberto Fujimori en la negociación por la liberación de los cautivos.
Domingo Palermo, ministro de Educación de Perú, y Néstor Cerpa, el dirigente del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) que condujo la operación, habían convenido en un diálogo radial reunirse este domingo en el local diplomática japonés.
Pero Cerpa hizo saber luego a su interlocutor que si no llevaba a la entrevista una propuesta concreta de liberación de los emerretistas presos en cárceles peruanas "era preferible no realizar la reunión".
Ese condicionamiento, transmitido a través de la Cruz Roja Internacional, no precisa si Cerpa exige que el canje incluya a los 458 emerretistas presos o si se declarará satisfecho con la libertad de algunos.
En respuesta, el gobierno de Fujimori remitió a Cerpa una propuesta referida únicamente a procedimientos para proseguir las conversaciones, pero ninguna fórmula concreta de canje de rehenes por presos.
Fujimori propone que gobierno e insurgentes convengan la creación y composición de una comisión de garantes, entre quienes podrían figurar representantes del Vaticano y la Cruz Roja, y que las conversaciones se realicen en una sede aceptable tanto para los interlocutores como para los integrantes de la comisión.
"Los puntos a conversar (…) abarcarían todos los temas identificados en los contactos previos, para fijar una agenda de temas y establecer un cronograma de trabajo", según la propuesta oficial.
Todavía no se sabe si Cerpa aceptará la propuesta formal del gobierno o si se agazapará nuevamente en el rechazo a dialogar a la espera de un compromiso oficial de liberación de presos, condición que por momentos el lider insurgente declara indispensable, pero que Fujimori ha descartado de antemano.
El rechazo a la reunión con Palermo significa que Cerpa endureció su posición nuevamente y la situó en el punto en que quedaron el 30 de diciembre.
El MRTA había planteado nuevamente en esa fecha el canje de los rehenes capturados en la sede diplomática por la libertad de los 458 emerretistas que se encuentran presos, exigencia que había abandonado dos días antes.
El MRTA efectuó disparos con fusiles los días 7 y 9 para recordar al gobierno el carácter del enfrentamiento.
Por su parte, el gobierno de Fujimori hizo un gesto similar este domingo, cuando ordenó que un helicóptero militar volara a poca distancia de los techos del local diplomático donde se encuentran Cerpa, la veintena de guerrilleros a sus órdenes y los 74 rehenes.
Ese es el clima actual, pero este fin de semana parecía haber comenzado un deshielo similar al que se inició el 20 de diciembre, tres días después de la toma de la residencia del embajador de Japón. Ocho días más tarde, Cerpa abandonó la exigencia de libertad de los emerretistas presos.
Pero Cerpa varió su posición de forma radical el 30 de diciembre. Hasta ahora se ignora si el cambio obedeció a que se enteró de algo nuevo para él, si recibió instrucciones en ese sentido desde el exterior, o, como supone el analista Jorge Morelli, fue apenas una fluctuación calculada de la negociación.
Tal como ocurrió tras la crisis del 30 de diciembre, el negociador oficial volvió a echar la culpa a la prensa por el nuevo contraste que sufrió de su misión.
Palermo sugiere, pero no dice explícitamente, que la entrevista concertada con Cerpa para el domingo pasado se frustró porque uno de los periodistas que presenció la conversación radial difundió imprudentemente la grabación del diálogo.
Sin embargo, Cerpa no emitió ninguna demostración de desagrado con la prensa. Por el contrario, mediante carteles colgados en las ventanas invitó al Canal 4 de televisión de Lima a ingresar a la residencia del embajador de Japón para concederle una entrevista.
El Canal 5, invitado anteriormente, rehusó la oferta días atrás pues consideró que no quería "prestarse al juego propagantístico" de Cerpa mientras no se liberase a la totalidad de los rehenes".
Por su parte, los directivos del Canal 4 dijeron este lunes que aceptarán la oferta si el gobierno estima que la difusión completa de la entrevista no comprometerá las negociaciones para liberar a los rehenes y si, a su vez, Cerpa se compromete a responder todas las preguntas que le sean formuladas.
Mientras tanto, siguen cruzándose las hipótesis y teorías sobre los flujos y reflujos de la negociación.
Algunos de los analistas relacionan la crisis del 30 de diciembre con la advertencia formulada el día anterior por Tokio, que anunció entonces que no aceptaría pagar dinero por el rescate de su embajador y los 19 funcionarios diplomáticos y empresarios japoneses cautivos.
En al menos cuatro oportunidades similares anteriores en varios países, Japón obtuvo la libertad de rehenes pagando sumas que oscilaron entre cinco y 15 millones de dólares.
Por otro lado, se supone que Cerpa reaccionó con irritación el 30 de diciembre a lo que percibió como un operativo de inteligencia consistente en la introducción de agentes disfrazados de periodistas en la sede diplomática, con el presunto propósito de liberar a los rehenes.
El analista Jorge Morelli, columnista del matutino oficialista Expreso, tiene otra interpretación. Se trata, observó, de un guión calculado por los secuestradores para manipular a la opinión pública y confundir a sus antagonistas.
"El MRTA practica desde hace años la industria del secuestro con fines de rescate", recordó Morelli, para quien el comportamiento habitual del grupo guerrillero en episodios anteriores incluyó un "ardid maligno".
La estrategia de los insurgentes, anotó, consiste en "crear una atmósfera de posible solución y luego dejar caer las conversaciones acusando a la otra parte de ser responsable". (FIN/IPS/al/mj/ip/96