Miles de palestinos invadieron hoy las cárceles, estaciones de policía y tribunales militares de Hebrón para izar su bandera roja, negra y verde en esos edificios, que hasta la víspera simbolizaron el poder de Israel en esta ciudad de Cisjordania.
Mujeres y niños recibieron a los efectivos de la policía palestina con flores, y muchos jóvenes recorrieron las prisiones en las que alguna vez estuvieron detenidos por las fuerzas de ocupación israelíes.
La celebración en Hebrón por el retiro de las tropas israelíes tras 30 años de ocupación, completado en la madrugada de este viernes, fue semejante a la reacción popular en las otras siete ciudades de Cisjordania entregadas por Israel a la Autoridad Nacional Palestina.
Pero en esta localidad de 120.000 habitantes, la última en la pactada serie de transferencias, el júbilo se apagó de pronto.
Jóvenes árabes arrojaron papas y rábanos a soldados israelíes en el mercado de vegetales y el incidente, que sólo duró algunos segundos, bastó para ensombrecer el clima de fiesta.
Decenas de soldados ingresaron en el mercado para obligar a los vendedores a cerrar sus puestos y ordenaron luego abandonar las calles a los desafortunados palestinos residentes en las áreas aún bajo control de israel.
Los hechos acabaron con las ilusiones de que la transferencia de 80 por ciento del distrito municipal de Hebrón a la Autoridad Palestina devolviera la normalidad a la ciudad, un auténtico polvorín durante varios años.
"Mire usted lo que ha pasado", exclamó Ibrahim Awani, que vendía coliflores en el mercado. "El primer día de paz y eso (la clausura de los puestos de venta) es lo que hemos logrado".
El "regreso a la normalidad" está anunciado en el documento firmado el miércoles por el presidente palestino Yasser Arafat y el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu para el repliegue de las tropas israelíes de Hebrón.
La calle de los Mártires, que atraviesa el centro de la ciudad y fue cerrada al paso de los palestinos hace tres años, luego de que un colono judío asesinara a 29 árabes, será reabierta dentro de cuatro meses, lo mismo que el cercano mercado al aire libre.
Pero un área equivalente a 20 por ciento del distrito municipal, habitada por 500 colonos judíos y 20.000 palestinos, permanecerá bajo ocupación israelí.
El incidente del mercado de vegetales evidenció que, por mejores intenciones que alienten los líderes israelíes y palestinos, difícilmente acabarán las fricciones en esta ciudad.
El ministro de Defensa de Israel, Yitzhak Mordechai, comenzó la mañana de modo positivo, recorriendo las estrechas calles de la ciudad vieja de Hebrón y estrechando manos a palestinos a quienes decía "shalom (paz), amigos".
Mordechai fue bien recibido, pero sus esfuerzos quedaron opacados por el sentimiento de los palestinos. "No podemos tener paz real en la ciudad con los colonos todavía aquí", dijo Arwa' Tamimi, farmacéutico palestino.
"El ejército israelí no se fue, sólo se trasladó de un lugar de la ciudad a otro", añadió.
Aunque se desmantelaron 12 posiciones militares israelíes en la ciudad, en algunos casos los soldados se trasladaron a menos de 100 metros de su antiguo lugar.
Policías palestinos, en uniformes azul marino con el emblema de un águila en el hombro, ocuparon la mayoría de las viejas posiciones israelíes.
El acuerdo de transferencia de Hebrón, fácilmente aprobado por la Knesset israelí y el consejo legislativo palestino, tiene pocos partidarios incondicionales en esta inestable ciudad.
Aunque celebran la llegada de sus propios policías, los palestinos no quieren ver la ciudad dividida en dos.
Los colonos quedaron igualmente malhumorados. Docenas de ellos se reunieron para rasgar sus vestiduras, expresión tradicional del duelo judío. "Es un día muy triste para nosotros", dijo el portavoz de los colonos David Wilder. "Ha sido un hecho muy trágico".
Muchos colonos pasaron el día frente a sus enclaves cerca del mercado de vegetales, con grupos de estudiantes de pie en medio de cientos de soldados, policías y guardias israelíes desplegados para evitar disturbios.
Al menos 18 de los colonos más militantes recibieron la orden de una corte local de pasar 10 días bajo detención preventiva, en una medida a menudo utilizada contra palestinos. La mayoría de los colonos huyó antes de recibir la orden y pasó el día ocultándose.
La mayoría de los colonos dijo sentirse traicionado por el gobierno de derecha al cual votó en mayo. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, hizo su campaña electoral con consignas prometiendo nunca ceder territorio al control palestino.
El acuerdo de Hebrón, que además de entregar la ciudad compromete a Israel a dejar en manos palestinas nuevos territorios rurales de Cisjordania, dañó seriamente su gobierno de coalición, integrado por colonos y nacionalistas religiosos.
Sólo 11 de los 18 ministros del gabiente votaron a favor del acuerdo.
Los palestinos tuvieron menos dificultades en la aprobación parlamentaria del acuerdo, a pesar de agrios comentarios de miembros veteranos independientes que condenaron la falta de voluntad del presidente Yasser Arafat para involucrar al consejo en el proceso.
La votación, no obstante, sólo salvó las apariencias. Los acuerdos de paz entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina de Yasser Arafat establecen que el voto del consejo legislativo no puede influir sobre los pactos de paz con los israelíes. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/ff-lp/ip/97