Todos los miércoles al mediodía, los ancianos que llegan a la pequeña clínica comunitaria de Gbaja, un tranquilo barrio semirresidencial de esta ciudad, reciben atención médica gratuita.
El servicio, el primero en su tipo, es suministrado por la Asociación Médica de Nigeria (AMN) y la Sociedad Nigeriana para el Bienestar de los Jubilados y Ancianos (SNBJA) en la clínica estatal de Lagos.
Algunos pacientes entrevistados en la clínica, que comenzó a aplicar el programa el pasado octubre, manifestaron que el servicio ha cambiado sus vidas.
Raji Akindele, por ejemplo, de 70 años, ya no tiene que preocuparse por el dinero cuando tiene que consultar a un médico por sus frecuentes dolores.
"Sufro de dolores en todo el cuerpo, y estoy seguro de que tiene que ver con mis 35 años de trabajo como mecánico de motores de trenes", expresó Akindele. "Recién ahora estoy sintiendo el efecto", agregó.
Rabiatu Shittu, una comerciante, manifestó que la clínica es una bendición para los ancianos, que a menudo no tienen familiares que los cuiden.
"Bendecimos a los promotores de este programa, porque no podemos pagar nuestra atención médica", dijo, mientras tomaba el medicamento que le dieron para sus dolores en las piernas.
Según SNBJA, hay negociaciones en curso con otros gobiernos locales con el fin de establecer servicios médicos gratuitos para los ancianos en clínicas de todo el país.
Para acceder a este servicio, el paciente debe ajustarse a la definición de "anciano" determinada por la Organización Mundial de la Salud, es decir, ser mayor de 65 años.
"En Nigeria, muchos ancianos viven por debajo de la línea de pobreza", dijo a IPS Mathew Tokunboh, presidente de SNBJA y secretario permanente federal retirado, en su casa cerca de la clínica.
Tokunboh, de 82 años, aseguró que 90 por ciento de la población anciana de Nigeria no puede costearse su atención médica. Según la AMN, los mayores de 65 constituyen tres por ciento de los 104 millones de habitantes del país.
La pensión a la vejez en Nigeria es muy inferior al salario mínimo nacional, equivalente a unos ocho dólares mensuales. Las personas con ingresos inferiores a 1.000 nairas (12,5 dólares) por mes se consideran por debajo de la línea de pobreza.
Aunque las consultas médicas en hospitales públicos no son muy costosas, los medicamentos, los rayos X y tratamientos especializados sí lo son.
Por ejemplo, un tratamiento de cataratas puede costar hasta 875 dólares en hospitales públicos y hasta 1.000 dólares en instituciones privadas, precios totalmente inaccesibles para los pensionados.
"Si existieran estadísticas sobre los ancianos que mueren por falta de atención, estoy seguro de que serían alarmantes", afirmó Tokunboh.
Las enfermedades que más afectan a las personas mayores incluyen artritis, resfriados comunes, hipertensión, dolores generales y pérdida de apetito, que puede conducir a la desnutrición.
Organizaciones como AMN y SNBJA luchan por una mejor atención médica para los ancianos en medio de los crecientes costos. Hace dos semanas, el hospital universitario de Lagos duplicó, y en algunos casos triplicó, los precios de sus servicios.
El gobierno y la ciudadanía "deben esforzarse por impedir el creciente abandono de los ancianos, causado por la desintegración de los valores familiares", exhortó el presidente de AMN, Boniface Oye-Adeniran.
"La sociedad debe ver a los ancianos como personas necesitadas de cuidado, pero a la vez estimular su independencia", agregó Oye- Adeniran, quien trabaja como asesor en el hospital universitario de Lagos.
Olatokunbo Okupe, miembro del consejo de SNBJA, señaló que la organización recibió donaciones de dos grandes compañías farmacéuticas para el programa de atención gratuita, y continuará haciendo campaña para obtener más fondos.
"Además del programa de atención médica, deseamos crear un programa de asistencia socio-psicológica para los ancianos", explicó Okupe. (FIN/IPS/tra-en/ro/pm/ml/he-pr/97
