El presidente de Nicaragua Arnoldo Alemán llamó hoy a la oposición sandinista a mantener un diálogo "sin condiciones ni agenda", para buscar soluciones conjuntas a los problemas del país.
En su discurso de asunción, Alemán destacó los principales proyectos de su mandato presidencial de cinco años, que concluirá el 10 de enero del 2002, y dijo que respetará la independencia de los poderes del Estado, la libertad de prensa, los derechos humanos y no entrará en conficto con las Fuerzas Armadas.
Pero las partes más importantes de su intervención las dedicó al principal partido opositor, el Frente Sandinista, que no envió representantes a la toma de posesión, dejando vacíos los lugares que le habían sido reservados en el Estadio Nacional de béisbol.
"Esperamos de ellos (los sandinistas) un espíritu flexible, de concertación", dijo Alemán.
"Deseamos una oposición política democrática, crítica, constructiva y sobre todo patriótica", añadió, indicando que el lugar idóneo para una eventual concertación será el parlamento, controlado por la alianza gobernante.
El acto de traspaso de gobierno, al que asistieron casi una decena de mandatarios extranjeros, se llevó a cabo sin que se registrara ningún incidente público ni acto de protesta.
El progubernamental diario La Prensa aseguró, citando fuentes policiales anónimas, que el sindicato "Parrales Vallejos", pro sandinista, tenía intenciones de hacer una movilización de protesta, pero fue impedido de ello y dos de sus directivos fueron detenidos.
A diferencia de seis años atrás, cuando asumió la presidenica Violeta Chamorro, la totalidad del estadio estaba ocupada por simpatizantes oficialistas, por lo que no hubo rechiflas al nuevo gobierno.
En abril de 1990, Chamorro fue abucheada por los simpatizantes sandinistas, que lanzaron también bolsas con orines.
Chamorro no entregó la banda presidencial al nuevo jefe de Estado, siendo remplazada en esa tarea por el presidente del parlamento, Iván Escobar Fornos, de la alianza gobernante.
La ex mandataria considera que su sucesor fue cómplice de la dictadura de Anastasio Somoza, culpbable del asesinato de su marido, Pedro Joaquín Chamorro.
Antes de despojarse de su banda presidencial, Chamorro había subrayado que durante su gestión gobernó "para todos", sin odios ni rencores. Años atrás, cuando fue alcalde de Managua, Alemán había admitido su odio por los sandinistas.
Al finalizar su discurso, Alemán destacó el papel que jugó Chamorro en el período de transición, llamando a la ex presidenta "madre prudente, compasiva y cariñosa".
El nuevo presidente aseguró que su máximo compromiso será con los sectores más desposeídos del país, a quienes prometió empleos, inversiones, mejoras en la salud, seguridad pública, y obras comunales.
Para hacer frente al desempleo, que afecta a uno de cada dos nicaragüenses, anunció que emprenderá un masivo plan de construcción de obras públicas, así como un programa de viviendas populares tanto en el campo como en la ciudad.
Dijo que respetará a los ciudadanos que hayan sido beneficiados con la concesión de tierras por los dos gobiernos anteriores y les dará un título de propiedad. productivos.
No obstante, advirtió que se castigará a los que cometieron abusos adjudicándose más de una propiedad, porque "no se trata de legitimar lo ilegítimo".
Señaló igualmente que emprenderá reformas a la Constitución para devolver los derechos políticos a miles de nicaragüenses en el exilio desde la revolución sandinista, al tiempo que se exonerará de impuestos a aquellos ciudadanos que decidan regresar al país. (FIN/IPS/rf/dg/ip/97