El movimiento guerrillero zapatista, surgido hace tres años en el sur de México, advirtió hoy que no aceptará renegociar los llamados acuerdos de San Andrés, firmados con el gobierno en febrero último.
Los acuerdos de San Andrés, que se hallan en proceso de ratificación, anuncian una nueva relación entre los pueblos indígenas y el estado nacional en México.
El texto contiene "como punto de partida necesario, la edificación de un nuevo marco jurídico nacional y en las entidades federativas" (o estados), contemplando una autonomía relativa de las comunidades indígenas que implica reformas constitucionales.
En noviembre, para reanimar las estancadas conversaciones de paz entre el gobierno y los zapatistas, la parlamentaria Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) pidió a ambas partes ratificar en bloque los acuerdos de San Andrés.
Los documentos prevén la reorganización municipal de los territorios en que están asentados los pueblos indígenas y proponen al parlamento el establecimiento de "las características de libre determinación y los niveles y modalidades de autonomía".
Se tomarán en cuenta "territorio, ámbito de aplicación, competencia, autodesarrollo y participación en los órganos de representación nacional y estatal" de las etnias.
El 19 de diciembre, la Cocopa entregó al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) la respuesta oficial: un nuevo documento con "observaciones" del gobierno a los acuerdos de San Andrés, en revisión de lo pactado por sus representantes en febrero de 1996.
En su comunicado, el EZLN advierte que no reabrió las negociaciones sobre los acuerdos y convoca a sus asesores y al Congreso Nacional Indígena, con delegados de las 56 etnias autóctonas, a tratar su postura ante la nueva situación.
El EZLN, la Cocopa y la Comisión Nacional de Intermediación (CONAI) -encabezada por el obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz- se reunirán para fijar posiciones los días 11 y 12 de este mes en la comunidad de La Realidad, dentro de la zona rebelde del estado de Chiapas.
México tiene 93 millones de habitantes, de los cuales unos 10 millones son indígenas de diversas etnias y entre el 90 por ciento restante predominan los mestizos de indígenas y europeos.
En su declaración, los rebeldes exhortaron a sectores nacionales interesados en el tema, a especialistas y al movimiento indígena, a "luchar por una nueva relación, justa y digna, de los pueblos indios con la nación mexicana".
En las últimas semanas se reavivó un debate entre partidarios y opositores de la autonomía relativa de los pueblos indígenas contemplada en los acuerdos de San Andrés.
El poeta Juan Bañuelos, miembro de la CONAI, opinó que la ratificación de las propuestas convenidas por los representantes del gobierno y de la guerrilla en la mesa del diálogo de paz contribuiría a subsanar injusticias históricas.
Bañuelos descartó "toda posibilidad de que los acuerdos de San Andrés estimulen supuestas tendencias separatistas, ya que se establecerían jurisdicciones y límites precisos dentro del estado nacional, su constitución y sus leyes".
Mientras, el jurista Ignacio Burgoa opina que los acuerdos de San Andrés contrarían la Constitución, a tal punto que requerirían una nueva Asamblea Constituyente, y alertó sobre lo que considera "el riesgo de un desmembramiento de México".
A juicio de Burgoa "basta cumplir la carta magna y la ley en vigencia, lo que ahora no ocurre, para atender los derechos básicos y la cultura de las comunidades indígenas, en lugar de arriesgarse a crear una especie de estaditos indios autónomos".
Según el escritor Carlos Montemayor, experto en el tema, "por siglos los pueblos indios tuvieron una autonomía que, traducida en incomunicación, marginación y miseria, los hizo víctima de enfermedades, desnutrición, ignorancia e injusticia."
Montemayor advirtió que la autonomía indígena no debe ser "una nueva creación politiquera", sino "la comprensión de una parte de la realidad de México".
"La autonomía es natural a los pueblos indígenas, lo ha sido casi siempre de una manera desafortunada y cruel, pero ahora es la oportunidad de que (las etnias) vivan esa autonomía con dignidad y justicia, y, lo que es más importante, en paz", agregó.
Partidario de ratificar los acuerdos, Montemayor sostuvo que "la autonomía indígena es una realidad que los mexicanos nos hemos empeñado en desconocer, negar o distorsionar".
"Estamos ante una oportunidad histórica de enormes dimensiones y si la desaprovechamos faltaríamos a muestro compromiso como nación con un pueblo inmenso, que requiere una democracia incuestionable", dijo el escritor. (FIN/IPS/emv/ff/ip pr/97