Las autoridades de México cierran el cerco a Amado Carrillo, "El Señor de los Cielos", el principal jefe del narcotráfico de este país, mientras uno de sus socios, Héctor "El Guero" Palma, capturado en 1995, es absuelto de la mayoría de los cargos de los que estaba acusado.
Son las dos caras del momento en la lucha contra el narcotráfico, área en la que el presidente Ernesto Zedillo prometió, en coordinación con Estados Unidos, grandes triunfos para este año.
Carrillo, quien se asegura es responsable del ingreso de 200 toneladas de cocaína anuales a Estados Uninos, evadió el fin de semana una acción conjunta de la Procuraduría y el Ejército en la que se detuvo a 25 personas del llamado "Cártel de Juárez", entre ellas a 16 agentes policiales.
En tanto, este martes un juez declaró que Palma, acusado de compra, comsumo, venta y tráfico de drogas, asesinatos y asociación delictuosa, es responsable sólo del cargo de acopio de armas y lo condenó a seis años de prisión.
Cuando fue detenido la Procuraduría pidió a la justicia más de 25 años de condena. Fuentes oficiales indicaron que el gobierno mostrará su desacuerdo con el fallo judicial.
Carrillo y Palma, colegas de negocio aunque supuestos enemigos, son figuras destacadas de las cinco o seis bandas de traficantes de drogas que las autoridades afirman operan actualmente en México.
Según fuentes de la oficina antidrogas de Estados Unidos citadas por el matutino El Financiero, el poderío de los dos capos se debe en buena medida a la colaboración de policías y quiza hasta de políticos de alto nivel de México.
En la detención de Palma así como en los varios intentos por capturar a Carrillo fueron aprehendidos policías estatales, municipales y hasta agentes de la la Procuraduría.
En agosto de 1989 Carrillo fue apresado, pero pocas semanas después salió libre bajo fianza. Desde esa fecha es perseguido tanto en México como en Estados Unidos.
"Las operaciones de Amado no se pueden entender sin la complicidad directa de los más altos niveles de protección política y del aparato de las corporaciones policiales antinarcóticos", sostiene Eduardo Valle, ex asesor de Jorge Carpizo, procurador en el gobierno del presidente Carlos Salinas (1988-94).
Tras reconocer la corrupción existente, el gobierno de Zedillo involucró los últimos meses a los militares en la lucha contra el narcotráfico, al punto que actualmente los principales cargos relativos a ese ramo están en manos de personal de la Fuerzas Armadas.
Las autoridades señalan que cada vez están más cerca de detener a Carrillo, conocido como el "Señor de los Cielos" por emplear grandes aviones, como Boeing 727, para transportar cocaína y heroína a Estados Unidos.
Asesorados y apoyados por agentes antinarcóticos de Estados Unidos, el Ejército y la Procuraduría no descansan en seguir las huellas del capo.
El narcotraficante, considerado un delincuente sanguinario, es casi un hombre sin rostro. Aunque ya estuvo detenido, la Procuraduría cuenta apenas con una vieja fotografía y no sabe con exactitud cuál es su apariencia.
Carrillo dirige la organización delictuosa más "inteligente" del país, pues es la "más éficiente" al momento de corromper a funcionarios y ejerce la violencia de manera selectiva, dijo en noviembre el ex comisionado del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas, Francisco Molina.
En México, que tiene 3.200 kilómetros de frontera con Estados Unidos, el mercado de consumidores de marihuana y cocaína más grande del mundo, las bandas de nacotraficantes se encargan de distribuir la droga que reciben desde Colombia.
Más 1.000 toneladas de cocaína han sido enviadas desde México a Estados Unidos en los últimos 20 años. Según la policía antinarcóticos de ese país, las autoridades mexicanas logran decomisar menos de 20 por ciento de la droga que pasa por su territorio.
Para hacer más eficiente su trabajo, los dos países crearon en marzo de 1996 el Grupo de Contacto de Alto Nivel, instancia desde la que las autoridades vinculadas al combate al narcotráfico planean sus estrategias.
La última cita del grupo se realizó en diciembre en México y en ella se prometió que en 1997 habrá grandes logros en la lucha contra el tráfico y consumo de estupefacientes. (FIN/IPS/dc/dg/ip/97