El canciller de Argentina, Guido Di Tella, retornó hoy al país tras intentar sin éxito de incluir la cuestión de la soberanía en las Islas Malvinas en la agenda bilateral con Gran Bretaña.
El canciller realizó el frustrado intento durante una sorpresiva ronda de conversaciones que celebró en Londres con su homólogo británico Malcom Rifkin.
Segun fuentes de la cancilleria, Di Tella le comunicó de inmediato al presidente Carlos Menem que el tema de la soberania en Malvinas fue abordado con Rifkin sólo en forma "extraoficial y de manera informal".
Gran Bretaña desea mantener en absoluto hermetismo el contenido de las conversaciones sostenidas durante 48 horas, ante la posibilidad de que el opositor Partido Laborista cite este sensible tema durante la actual campaña electoral, agregaron las fuentes.
Argentina y Gran Bretaña restablecieron relaciones diplomáticas en 1990, ocho años después de la guerra del Atlantico Sur, pero se acordó que el tema de la soberanía en las islas quede al margen de los vínculos bilaterales, al amparo de un sistema llamado "paraguas protector".
En cambio, ambas delegaciones volvieron a tratar el fin de semana pasado la cooperación bilateral en el archipiélago austral en los rubros petrolero y de pesca, así como también la posibilidad de reanudar las comunicaciones aéreas entre el sector continental argentino y las islas, suspendidas desde 1982.
El viaje de Di Tella se produjo dos semanas después de estas sorpresivas declaraciones de Menem: "No pierdo la esperanza de que en el año 2000, quizá podamos ver flamear, sola o con otras banderas, la de Argentina y en las islas".
Sin embargo, la iniciativa fue rechazada rápidamente por el ministro de Defensa británico, Michael Portillo, quien realizaba una visita a las Malvinas, donde sostuvo además que Argentina continuaba siendo una amenaza para los habitantes de las islas.
La estrategia argentina respecto de las Malvinas fue blanco de numerosas críticas de la oposición, al considerar como un fracaso la llamada "política de seducción" hacia sus habitantes.
Esa política, ideada por Di Tella, propugna un acercamiento con los súbditos británicos de las Malvinas (Kelpers) como forma de reducir la distancia con Londres para abordar la cuestión de la soberanía.
En forma paralela al intento de ganar simpatías entre los Kelpers, Argentina disminuyó el nivel de reclamos ante los organismos internacionales, en los que contaba con un fuerte apoyo de los paises del Sur.
Esa actitud se inscribe dentro de los pilares generales de la política exterior del gobierno de Menem, que resolvió retirarse del Movimiento de Países No Alineados en 1989, en una de las primeras y más sonadas medidas adoptadas en ese campo. (FIN/IPS/of/ag/ip/97