Jamaica carece de una ley que prohiba el acoso sexual, a pesar de que su necesidad ha sido defendida largo tiempo por los principales sindicatos, los profesionales del Derecho y los grupos feministas.
El fiscal general, Arnold Nicholson, informó que la cuestión está "en consideración", y aconsejó a las víctimas de acoso sexual que, mientras no exista esa ley, busquen reparación acusando a los presuntos culpables de ataque, un delito que conlleva una pena de seis a nueve meses de prisión.
En la Universidad de las Indias Occidentales existe una orientación para los estudiantes, según la cual el acoso sexual es definido como "conducta verbal o física de naturaleza sexual, que el responsable sepa o deba saber que es ofensiva para la víctima".
Los expertos en estos temas juzgan que el problema que presenta esa definición consiste en que los hombres, que en gran mayoría son quienes incurren en estas conductas, no consideran que sus actos sean ofensivos, y muchas veces entienden que lo suyo son cumplidos.
Victoria Seymour, periodista de Montego Bay, afirmó ser acosada de forma rutinaria por hombres que actúan en los niveles más altos. Por ejemplo, parte de su tarea es cubrir el Parlamento, y en esa sede encuentra que el comportamiento de los parlamentarios es chocante.
Seymour cree que las mujeres son acosadas más frecuentemente por "los hombres poderosos" que por el hombre de la calle. "Incluso en el nivel universitario exhiben el mismo tipo de conducta, hablando a las mujeres de manera condescendiente".
No se presenta, en Jamaica, el problema de que los hombres sean víctimas de acoso sexual.
"El acoso sexual es un fenómeno nuevo en este país, y los parámetros aún no están establecidos", dijo Nicholson.
El fiscal general opinó que cuando se legisle contra el acoso sexual en Jamaica, será en base al modelo de la Comunidad del Caribe (Caricom).
Según ese modelo, funcionarios nombrados por el ministro de Asuntos Jurídicos (Justicia) investigarán las quejas e intentarán reconciliar a las partes involucradas.
Si la cuestión no es resuelta por la conciliación, irá ante un tribunal de tres miembros, también elegido por el ministro, donde las pruebas se darán bajo juramento.
Nicholson señaló, sin embargo, que en la redacción de la ley se deberá tener en cuenta el código cultural del país. "No podemos simplemente adoptar una ley de Estados Unidos o Canadá, sino hacerla a la medida de nuestro estilo de vida".
No obstante, también está en cuestión la eficacia de una ley de esa naturaleza, ya que las víctimas de acoso sexual muy rara vez informan de sus experiencias. (FIN/IPS/tra-en/cc/cb/arl/pr/97