Argentina manifestó este jueves su preocupación por los incentivos industriales que Brasil resolvió aplicar para la radicación de fábricas de vehículos automotores en determinadas zonas de ese país.
El subsecretario de Industria, Héctor Gambarrota, dijo este jueves que expresó oficialmente a Brasilia la preocupación del gobierno argentino, durante una reunión celebrada en la noche del miércoles con una delegación del país vecino encabezada por el secretario de Política Industrial, Antonio Martins Mello.
La falta de acuerdos en la prolongada reunión, que duró ocho horas, obligaron a postergar un viaje a Brasil del secretario argentino de Industria, Alieto Guadagni, quien tenía previsto tratar la cuestión con su par brasileño, Francisco Dornelles.
El gobierno argentino considera que la decisión del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, de otorgar facilidades fiscales y arancelarias a las empresas extranjeras que se instalan en el norte, noreste y centro del país vulnera acuerdos del Mercosur, integrado también por Paraguay y Uruguay.
La iniciativa brasileña, que contempla incluir en los beneficios a las empresas extranjeras que decidan instalarse en esas zonas, no descarta que sea extendida hasta el 2010, pese a que existe un acuerdo entre los dos países para instrumentar una política automotriz común a partir del año 2000.
Martins Mello confirmó la medida este miércoles en Buenos Aires, aunque dijo que se podrán estudiar medidas compensatorias, que serían analizadas detenidamente, informaron este jueves fuentes diplomáticas.
Gambarrota señaló que se le transmitió a los funcionarios brasileños el planteo de la Asociación de Fabricantes de Automóviles (ADEFA) de Argentina, en el sentido de que los vehículos fabricados en las zonas brasileñas favorecidas con los incentivos sean consideradas como "extra Mercosur".
Ambos países compiten por los proyectos de inversión anunciados por varias empresas automotrices extranjeras interesadas en instalarse en la región.
Hasta ahora, el decreto del gobierno brasileño logró que la empresa surcoreana Asia Motors decidiera instalar una planta en Camacarí, es el nororiental estado de Bahía, con una inversión de unos 500 millones de dólares.
Otras tres empresas -la checa Skoda, la surcoreana Hyundai y la alemana BMW- están estudiando su radicación en las zonas de Brasil donde rige la promoción industrial.
Según observadores locales, la iniciativa brasileña responde a las aspiraciones reeleccionistas de Cardoso, quien resolvió favorecer la industrialización de las tres regiones para asegurarse los votos de sus representantes en el parlamento para la reforma de la Constitución.
Otra disputa por la política industrial en el sector automotor dentro del Mercosur se produjo en 1995, cuando Brasil impuso cupos al ingreso de vehículos a su mercado y omitió exceptuar a sus socios del pacto subregional. (FIN/IPS/of/ag/if/97
