Para comienzos del próximo milenio, India podría ser un fiel reflejo de las enormes divisiones que existen actualmente entre el Norte industrial y el Sur en desarrollo.
Los estados de Gujarat y Maharashtra representaron en los últimos cinco años más de 40 por ciento de la inversión extranjera directa, y se prevé que esta desigualdad en el crecimiento de las distintas regiones se acentuará en el futuro.
El Centro de Control de la Economía India (CCEI) estima que 20,2 por ciento de las inversiones aprobadas corresponden a Gujarat, 18,2 por ciento a Maharashtra, 9,7 por ciento a Uttar Pradesh y 6,2 por ciento a Tamil Nadu.
Las diferencias se acentuarán más cuando estados como Gujarat emprendan nuevos programas de desarrollo, en base a una ayuda de 1.000 millones de dólares del Banco de Desarrollo de Asia (BDA). De manera similar, el Banco Mundial proyecta emular la experiencia en el estado sureño de Andhra Pradesh.
La ubicación costera de estos estados les otorga una gran ventaja sobre otros, particularmente los de India central, cercados de tierra y afectados por la carencia de la infraestructura más básica.
El centro del país poco puede hacer para detener la preocupante tendencia, y esto se debe parcialmente a los programas económicos adoptados por el gobierno en medio de dificultades económicas.
Como resultado, algunas regiones se establecerán como base industrial, mientras el centro del país, más poblado, se limitará a la explotación de los recursos naturales, como el carbón, el hierro y los bosques.
Dado que los recursos naturales serán la principal fuente de ingresos en estos estados, es muy probable que se produzca una degradación ambiental.
Una propuesta para promover las áreas atrasadas del país mediante incentivos fiscales que impulsen el crecimiento y corrijan desequilibrios regionales no ha tenido andamiento hasta ahora.
Altos funcionarios de instituciones financieras multilaterales admitieron que, aunque las tendencias de inversión constituyen buenos augurios para la región occidental de India, también implican una acentuación de la desigualdad entre distintas regiones.
La agenda de desarrollo patrocinada por estas instituciones en los estados más desarrollados incluyen privatizaciones y cierre de varias empresas públicas.
Estas estrategias constituyen la base de la reducción de gastos que realizan estos gobiernos para poner sus libros de cuentas en orden, revelaron funcionarios del Ministerio de Finanzas. (FIN/IPS/tra-en/pp/an/ml/dv/97