HONDURAS: La muerte ronda a los indígenas tawankas

De tez trigueña, sencillos y con una amplia sabiduría popular, los indígenas tawankas del noroeste de Honduras luchan por vencer un fantasma que les persigue con el fin de aniquilar su cultura y civilización: la expropiación que busca un grupo de terratientes y militares.

Este intento de expropiación, que destruiría su hábitat natural, representa la muerte para los indígenas.

De vocación pacífica y entregados a la protección del bosque como su hospital natural, los tawankas ven como las amenazas verbales comienzan a cobrar forma al rondar sus aldeas asesinos a sueldo que intentan matar a los miembros del Consejo de Ancianos.

El 30 de diciembre, cuando sostenían una asamblea con su pueblo en la selvática región de la Mosquitia, al noroeste del país, un grupo de hombres armados intimidó a sus miembros al preguntar donde estaba reunido el Consejo de Ancianos.

Pero su intención fracasó, porque la voz de alarma corrió entre los indígenas que comenzaron a proteger a sus líderes, trasladándolos de aldea en aldea.

Desde esa fecha "vivimos en constante zozobra, porque vemos que hay un marcado interés en querer exterminarnos", dijo a IPS Edgardo Benítez, de la Federación Indígena del Pueblo Tawanka en Honduras (FITH).

"Y la forma más sencilla es comenzando con la eliminación del Consejo de Ancianos, nuestra memoria histórica, que a diferencia de otras etnias, nosotros conservamos de generación en generación, porque ellos son nuestra biblia y existencia", agregó.

Benítez, quien junto a un grupo de jóvenes dirigentes tawankas llegó a Tegucigalpa para denunciar el hostigamiento de que son objeto, aseguró que los indígenas no serán vencidos fácilmente.

En una carta enviada al presidente de Honduras, Carlos Reina, los tawankas le recuerdan el compromiso de velar por sus vidas, garantizar sus derechos y hacer valer la Convención Internacional de Pueblos Tribales que promueve la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Honduras es firmante de este compromiso, pero los tawankas, la más pequeña de las etnias de Honduras, con una población de 916 personas, aseguran que en su caso las promesas se "han ido con el viento".

En Honduras existen siete grupos indígenas distribuídos en las zonas central, sur y noroeste del país, que en conjunto suman cerca de 500.000 personas.

En la carta enviada a Reina, los indígenas le advierten que si bien son un pueblo pacífico y amante de la naturaleza, no cederá a "las presiones y habrá un derramamiento de sangre entre el pueblo y los matones a sueldo".

Los tawankas ocupan un área de 233 hectáreas en el centro de la Mosquitia, el mayor pulmón ambiental del país centroamericano, y luchan para que sea declarada zona de reserva indígena, al ser considerada como uno de los principales corredores biológicos de Mesoamérica.

Sin embargo, por la belleza de sus bosques y las maderas preciosas, así como los pastos para la agricultura, la zona comenzó hace dos años a llamar la atención de grupos de terratenientes, ganaderos y militares.

Jacinto Sánchez, del Consejo de Ancianos, dijo a IPS que les preocupa ese interés del hombre blanco por sus tierras, porque si se las quitan, eso significará su fin como etnia.

"Soy un viejo que desde hace años convive con la belleza de los ríos en la reserva, pero he visto como arrancan nuestros árboles, destruyen las plantas medicinales y quieren aislarnos del mundo cuando destruyen nuestros pitpantes (barcazas) que usamos para comunicarnos", manifestó.

De las 125 zonas de reserva natural que hay en Honduras, la que habitan los tawankas es la única que tiene sus propios vigilantes.

"Nosotros somos un pueblo pacífico que tiene en el bosque su mejor amigo natural", comentó el anciano. (FIN/IPS/tm/ag/pr/97

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