GUYANA: Aprueban expansión de compañía minera causante de desastre

La compañía minera responsable del mayor desastre ambiental de la historia de Guyana obtuvo la aprobación del gobierno para sus planes de expansión, tras dos años de intensa campaña.

Omai Gold Mines, de capitales canadienses y estadounidenses, negoció durante dos años con la administración de Cheddi Jagan para poder explotar dos terrenos adicionales con yacimientos de oro, tan buenos o aun mejores que los que explota actualmente.

Las compañías Cambior, de Montreal, y Golden Star Resources, de Denver, poseen en conjunto 95 por ciento de las acciones de Omai, y el gobierno de Guyana tiene el restante cinco por ciento.

En 1995, una represa de Omai que contenía desechos de minería contaminados con cianuro se rompió, derramando tres millones de metros cúbicos de la sustancia tóxica en los dos principales ríos del país, de los que depende la subsistencia de miles de pescadores, agricultores y operadores turísticos.

La mina fue cerrada por cuatro meses y luego reabrió, tras la aceptación de la responsabilidad por parte de Omai y la realización de algunos cambios relativos a la eliminación de los desechos.

Pese a las presiones del sector privado, el gobierno se negaba a aceptar la solicitud de expansión de la compañía, argumentando que necesitaba tiempo para diseñar una política nacional integral sobre minería.

La actual administración también arguyó que estaba insatisfecha con la forma en que sus predecesores "regalaron" los recursos más valiosos del país.

Ahora, la medida del gobierno no sólo complació a Omai Gold Mines, sino a aquellos guyaneses convencidos de que el país ya tiene demasiados recursos de oro sin explotar.

"Citando al primer ministro Sam Hinds, creo que es justo afirmar que tendremos al menos otras cinco minas para desarrollar", destacó Bill Woolford, subcomisionado de la Comisión de Geología y Minería.

Hasta que Omai inició su producción, hace cuatro años, la actividad de minería estaba restringida a pequeños y medianos productores que utilizaban las tradicionales piqueta, pala mecánica y draga, montados sobre pontones en riachuelos y otros cursos de agua.

La producción no llegaba a alcanzar dos toneladas de oro por año, aunque se cree que una cantidad similar circulaba en la calle, procedente de operaciones ilegales.

Pero desde la llegada de Omai, con su inversión de 253 millones de dólares en equipos modernos, la producción nacional anual ascendió a más de 11 toneladas anuales, y se prevé que aumentará 20 por ciento más si todo funciona de acuerdo al plan, destacaron funcionarios de gobierno.

Las nuevas explotaciones beneficiarían económicamente al país en varios sentidos, por ejemplo generando fuentes de empleo y aumentando la contribución al fisco.

Otro beneficio importante es el mensaje del nuevo acuerdo para la comunidad empresarial, según Woolford. "Se trata de una señal muy positiva para otros inversores", señaló.

Omai está particularmente ansiosa por explotar Quartz Hill y el Río Omai. Si los estudios de factibilidad resultan favorables, las operaciones podrían comenzar en dos o tres años, para disgusto de los ambientalistas. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/ml/en-if/97

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