FUTBOL: America Latina en "offside" ante el mundial

Una sombra se proyecta sobre los campos de fútbol de América Latina y el Caribe, colocando a esta región frente a un difícil panorama de cara al mundial de Francia de 1998.

Los jugadores más cotizados del área juegan actualmente fuera de sus países y para cada partido de las eliminatorias deben regresar a su tierra natal con varios lastres sobre sus espaldas.

El estrés provocado por los viajes, las trabas de los clubes propietarios de sus pases, el riesgo de lesiones que mermen sus ingresos en mercados más poderosos, y las dificultades de acoplarse en poco tiempo a un estilo diferente de juego son algunos de esos contrapesos.

"No formaré más parte del seleccionado nacional hasta que no existan las condiciones dadas (al menos 12 días previos para ambientación) para garantizar mi buena actuación por el bien de la seleeción y mío", dice una carta que el jugador Abel Balbo le envió al técnico de la selección argentina Daniel Pasarella.

Balbo, que juega en el Roma de Italia, argumentó que no desea "arruinar ocho años de sacrificio en el exterior", donde se ganó "un reconocimiento altamente positivo".

El rendimieno de Balbo en la selección albiceleste ha sido deficitario, al igual que el de su compañero en Roma Daniel Fonseca en el equipo nacional uruguayo, donde no ha convertido goles y exige ser titular si es convocado.

En Bolivia, el futuro de la selección está en peligro. Los jugadores han amenazado con abandonar la concentración si se posterga la disputa del torneo local y con ello se pone el riesgo de trabajo de los futbolistas que ejercen el país.

"La solidaridad con los compañeros que juegan en Bolivia será mantenida hasta las últimas consecuencias", dijo Marco Antonio Echeverry, la estrella local que juega en el naciente torneo profesional de Estados Unidos.

El día 12 Bolivia debe enfrentar a Ecuador en un partido clave para seguir con aspiraciones de clasificar para el último mundial del siglo.

Ese mismo día Argentina y Uruguay disputarán el cásico del Río de la Plata, un encuentro clave para el futuro del fútbol uruguayo que guarda entre telerañas sus dos títulos olímpicos (1924 y 1928) y dos mundiales (1930 y 1950).

En Venezuela los problemas también desconciertan. Su técnico, Eduardo Borrero, no ha completado la citación de todos sus jugadores para el partido que debe disputar con Paraguay porque no ha podido localizar a los deportistas.

El periodista uruguayo Luis Prats señaló a IPS que la diferencia económica entre la mayoría de los países de América Latina y Europa o América del Norte es cada vez más grande y.

Como ejemplo de esa brecha Prats señaló la posición que actualmente ocupan Estados Unidos y Canadá en la disputa de las eliminatorias.

Hasta hasta hace poco tiempo ambos países no tenían un peso real en el mundo del fútbol y ahora encabezan las dos series de la Concacaf, confederación que agrupa a los países de América del Norte y Central.

Pese a las dificultades deportivas que enfrenta actualmente, Argentina es el país de la región que tiene menos problemas económicos.

La paridad del peso y el dólar, más los nuevos contratos de televisión convirtieron al fútbol argentino en el más poderoso de América Latina con contratos millonarios que le permiten retener a jugadores de calidad.

Brasil, en cambio, continúa siendo una potencia deportiva mundial, con su estrella Ronaldo (actualmente en el Barcelona de España) a la cabeza, pero no puede considerarse un gigante económico.

Los clubes de ese país que ostenta cuatro títulos mundiales, tienen sus principales ingresos de la venta de futbolistas y la televisión deja sumas importantes en las arcas de las instituciones.

El último torneo de Sao Paulo, la capital industrial de Brasil, dejó a cada uno de los cuatro equipos mayores (San Pablo, Corintians, Palmeiras y Santos) dos millones de dólares.

Brasil está clasificado automáticamente para el Mundial de 1998 por haber sido el último campeón y durante 1996 disputó 10 partidos internacionales y sólo perdió uno contra México.

Como contracara de la situación latinoamericana está el caso de Italia, donde la Liga profesional recibe cada año 135 millones de dólares de la cadena de trelevisión estatal RAI por la emisión de 15 partidos y 120 millones de dólares de la privada Telepiú por 34 encuentros.

En 1996, Gran Bretaña y España comenzaron a competir con el fútbol italiano e incoporaron jugadores extranjeros con una inversión de 245 millones de dólares.

Inglaterra, que parecía herida de muerte, surgió como un coloso que este año recibirá el sopotte de 214 millones de dólares de la red de televisión satelital Sky.

Las distancias en Europa no son un obstáculo para que los jugadores se integren a sus selecciones nacionales y la disputa de los certámenes locales no colide con las competencias internacionales.

Los latinoamericanos que juegan en Europa encuentran dificultades para integrar las selecciones de sus países porque siempre deben viajar al sur en medio de los certámenes europeos.

Es así como reciben presiones para que no viajen, pese a que las normas de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) obligan a sus clubes a dejarlos partir para disputar partidos oficiales con sus respectivas selecciones nacionales.

El fútbol mexicano tiene un poderío deportivo y económico relativo, erosionado aún por el "efecto tequila" (la crisis financiera estallada en diciembre de 1994), con equipos ligados a empresas privadas, como el América, con la cadena Televisa, o el Cruz Azul, a una empresa de cemento.

En Chile las instituciones comenzaron a acompasar el crecimiento económico del país, aunque aún no se registran los resultados deportivos que permitan a la selección nacional competir en la justa mundial.

Colombia, que hace varias décadas surgió como "El Dorado" del deporte latinoamericano, ha sufrido el impacto económico negativo del país. Pese a ello encabeza la clasificación general de las eliminatorias para Francia 98.

En Uruguay el profesionalismo es una utopía y los dos mayores clubes, Peñarol y Nacional, con varios títulos locales e internacionales, apenas pueden sobrevivir gracias a la venta al exterior, cada vez más temprana, de sus principales estrellas.

"Los clubes grandes de fútbol son como las iglesias, no se rematan ni se funden porque siempre encuentran una solución", dijo sin embargo el economista Juan Pedro Damiani, presidente de Peñarol. (FIN/IPS/rr/dg/sp/97

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